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Kieron Williamson tiene apenas 9 años. Como tantos otros nenes, a este inglesito le gusta dibujar y pintar. Lo que lo diferencia de sus pares es que sus obras no sólo decoran la heladera de la familia, sino que lo volvieron millonario. Con detallados paisajes trabajados con óleo, acuarela y pasteles, revolucionó el mundo del arte en 2010 con su primera venta, que alcanzó los US$ 230.000. La semana pasada volvió a sorprender a todos cuando un grupo de compradores adquirió 24 de sus últimas piezas por US$ 388.000. Sin embargo, el chico dice que pinta porque le gusta y que no piensa en el dinero.
La historia de Kieron comenzó en unas vacaciones de la familia Williamson, cuando sus padres descubrieron lo bien que pintaba. Tenía 5 años. Hoy, a pocos días de cumplir 10, su talento se sigue desarrollando. Aunque sus obras más vendidas son paisajes, el pibe no se ata a una fórmula y se da el lujo de experimentar, jugando. "En las mañanas normalmente miro fotos en la computadora y luego me voy para la escuela. Cuando regreso a casa busco la imagen que me llamó la atención y me pongo a pintarla. Estoy haciendo más caballos y más gente. También hice una pintura de un hombre recogiendo algas", contó. Un pequeño monstruo.