29 septiembre 2007

El Golem


Si (como el griego afirma en el Cratilo)
El nombre es arquetipo de la cosa,
En las letras de rosa está la rosa
Y todo el Nilo en la palabra Nilo.
Y, hecho de consonantes y vocales,
Habrá un terrible Nombre, que la esencia
Cifre de Dios y que la Omnipotencia
Guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
En el Jardín. La herrumbre del pecado
(Dicen los cabalistas) lo ha borrado
Y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
No tienen fin. Sabemos que hubo un día
En que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
En las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
Sombra insinúan en la vaga historia,
Aún está verde y viva la memoria
De Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
Y al fin pronunció el Nombre que es la Clave.
La Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
Sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
De las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
Párpados y vio formas y colores
Que no entendió, perdidos en rumores
Y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
Aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
A la vasta criatura apodó Golem;
Estas verdades las refiere Scholem
En un docto lugar de su volumen)
El rabí le explicaba el universo
"Esto es mi pie; esto el tuyo; esto la soga"
Y logró, al cabo de años, que el perverso
Barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
O en la articulación del Sacro Nombre;
A pesar de tan alta hechicería,
No aprendió a hablar el aprendiz de hombre,
Sus ojos, menos de hombre que de perro
Y harto menos de perro que de cosa,
Seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
Ya que a su paso el gato del rabino
Se escondía. (Ese gato no está en Scholem
Pero, a través del tiempo, lo adivino)
Elevando a su Dios manos filiales,
Las devociones de su Dios copiaba
O, estúpido y sonriente, se ahuecaba
En cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
Y con algún horror. ¿Cómo (se dijo)
Pude engendrar este penoso hijo
Y la inacción dejé, que es la cordura?
¿Por qué di en agregar a la infinita
Serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
Madeja que en lo eterno se devana,
Di otra causa, otro efecto y otra cuita?
En la hora de angustia y de luz vaga,
En su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?

Jorge Luis Borges

25 septiembre 2007

Filosofía interna de una redacción

Dijo Enrique Gariglio con tono solvente: "El mundo cambió"

Sostuvo Geraldine Mitelman azorada: "¡Qué feo Internet!,¿eh?"

Se indignó Alfredo Alcará mientras escuchaba música tecno: "¡Nunca una chacarera!"

Afirmó Mercedes Mendez científicamente: "En Mar del Plata no puede haber tsunamis; ya lo investigué"

Vaticinó Luis Sartori: "Me parece que no llegamos al Bicentenario"

Suplicó María Eugenia Chapur: "Humber, te lo ruego por los clavos del Señor"

Polemizó Andrés Fevrier: "Mejor que Maradona fue el Beto Márcico"

Anunció Paula Conde: "No puedo ser amiga de alguien a quien no le guste el chocolate"

Se jactó Hugo Arias: "La vida hay que vivirla: yo me como una manzana, un yogurt, y que sea lo que Dios quiera"

Exclamó María de la Paz García: "A la pipeta"

Deslumbró Juan Manuel Gaimaro: "Entré como chancho a la tomatera" (¿¿¿...???)

Arengó María de la Paz García: "Humber, hay que salir del paradigma"

Dagnosticó Enrique Gariglio refiriéndose a cierta señora/ita de cierta redacción: "Lo que pasa es que no superó la lobotomía"

Nos ilustró Alejandra Bratin: "La culpa de todo la tiene el nitrógeno"

Se atrevió Juan Manuel Gaimaro: "Desde que los scouts cumplieron cien años, Paz está insubordinada"

Se confesó Gabriela Cabezón Cámara: "Lo que no tiene vuelta atrás, no es para mí"

(Delirios de algunos compañeros de La Razón, de Buenos Aires)

22 septiembre 2007

Afiche de la exposición de la Bauhaus, 1923

Hasta los pingüinos hacen cola...

Más de 200.000 parejas de pingüinos llegaron, como lo hacen anualmente, a las costas argentinas -a la altura de Chubut-, para dedicarse a una de las más bellas actividades del reino animal: tener sexo. Los machos llegan primero, limpian el lugar y luego esperan a las chicas. Lo más llamativo es que, para la limpieza, se organizan de tal manera que forman cola para realizarla. Lo único que le falta a la foto es la Plaza Constitución de fondo.

15 septiembre 2007

Roald Dahl: letras, cine, Google y prejuicios


Roald Dahl nació en el País de Gales - aunque sus padres eran noruegos - el 13 de septiembre de 1916. En 1939, con la Segunda Guerra Mundial, se enroló en la RAF para pelear contra los nazis. De hecho su primer relato,"Pan comido", describe cómo Dahl, atrapado en la cabina de su avión "Gladiator" en llamas, logró salvar milagrosamente su vida. En 1943 publicó la obra infantil "Los gremlims". Luego vinieron varios libros para adultos, hasta que en 1961 dio a la imprenta "James y el melocotón gigante", y en 1964 "Charlie y la fábrica de chocolate". Más tarde llegó "Matilda".

De su relación con el cine (los tres recién mencionados fueron llevados a la pantalla; "Charlie..." en dos ocasiones), quedan su participación en el guión de "Chitty Chitty Bang Bang",de Ken Hughes, y en el guión de "Sólo se vive dos veces", de la seguidilla de James Bond. Muchos otros libros suyos fueron llevados al cine. Murió en Oxford, Inglaterra, el 23 de noviembre de 1990. A comienzos de la década del ochenta, criticó la invasión de Israel al Líbano y ciertos extremistas lo llamaron anti-semita. Por esa razón, este jueves Google apenas pudo tener dos horas su homenaje a Dahl en el buscador:


Como algunas -no todas, por suerte - asociaciones judías se quejaron, Google lo levantó argumentando "preocupaciones de usuarios". Cabe aclarar que Dahl no era antisemita (de hecho había luchado contra el nazismo), sino que estaba contra la política del Estado de Israel.

14 septiembre 2007

A 35 años de Yasunari Kawabata


Yasunari Kawabata Kawabata fue el primer escritor japonés en ganar el premio Nobel de Literatura en 1968. En 1972 se suicidó. Aquí un fragmento de "La casa de las bellezas durmientes":

"De vez en cuando el viento pasaba sobre la casa, pero ya no tenía el sonido de un invierno inminente. El bramido de las olas contra el acantilado se suavizaba al aproximarse. Su eco parecía llegar del océano como música que sonara en el cuerpo de la muchacha y los latidos de su pecho y el pulso de ella le servían de acompañamiento. Al ritmo de la música, una mariposa pura y blanca danzó sobre sus párpados cerrados. Retiró la mano de la muñeca de ella. No la tocaba en ninguna parte. Ni la fragancia de su aliento, ni de su cuerpo, ni de sus cabellos era fuerte" 

Yasunari Kawabata 

11 septiembre 2007

A treinta años de Clarice Lispector


Por Humberto Acciarressi

Murió de cáncer hace treinta años, pero con ella pasa algo más que extraño. A diferencia de otras escritoras de sino trágico –la uruguaya Delmira Agustini, nuestra Alfonsina Storni, etc– su figura fue creciendo hasta convertirse casi en un mito. Clarice Lispector, una de las voces más extrañas y fascinantes de las letras brasileñas, puede compararse en este sentido a Alejandra Pizarnik.
Dos mujeres muy nombradas, aunque no tan leídas. Su sensibilidad, su arte poética, exige a los lectores que se metan de cabeza en las profundidades de los conceptos. La trama, en ella, a veces es lo de menos. Fue por eso que alguien, en cierta oportunidad, cometió la gaffe de decir que Clarice Lispector era una escritora en busca de un argumento.

Su vida no fue menos extraña. Nació en Rusia, a los dos meses ya estaba en Brasil y en una oportunidad la retrató Giorgio de Chirico. Como habían mentado que era hechicera la invitaron –y fue, aunque no a bordo de una escoba– a un congreso de brujas en Colombia, le gustaba hablar de la muerte, aunque sobre todas las cosas escribir...y seguir escribiendo.

No hace mucho, le preguntaron a Nádia Battella Gotlib, la autora de "Clarice, una vida que se cuenta" (recién editado por Adriana Hidalgo, se trata de uno de los más completos acercamientos realizados a la vida y la obra de la autora de "Un aprendizaje o el libro de los placeres"), si le había costado mucho armar el rompecabezas de esa vida compleja. La biógrafa contestó: "Ella mentía muchísimo respecto de su vida. Tuve que montar la historia dejando de lado y cuestionando todos los datos que Clarice había dado, porque ella intentaba borrar todas sus huellas".

¿Qué la llevaba a borrar sus pasos? Tal vez no sea demasiado importante, como no lo es –salvo para armar la historia – el Rosebaud de "Citizen Kane". De hecho, ella misma escribió: "No hay hombre ni mujer que no se haya mirado en el espejo y no se haya sorprendido consigo mismo". Lo que es definitivamente insoslayable es su obra: sus novelas, sus poesías, sus libros infantiles. Estas piezas son las que llevan a decir que una vez que se llega a ella, es muy difícil de abandonar. Como los grandes amores.

(Publicado en La Razón, de Buenos Aires)

02 septiembre 2007

SMS (Síndrome masturbatorio solitario) y la TV

 Que ocurra en "Gran Hermano", "Bailando/Cantando/Patinando por un sueño", y otros adefesios televisivos, vaya y pase. Pero que suceda en un programa que quiere (y obviamente no puede) abordar la historia argentina, ya es el colmo de los colmos. En el publicitado programa "El gen argentino", conducido por Mario Pergolini, los SMS del público dejan afuera a personajes que --contradictorios, pero insoslayables-- hicieron lo que hoy somos. Y tratándose de definir un personaje argentino que nos represente, no deja de ser curioso que se trate de un formato original de la cadena inglesa BBC. La pelea de fondo de esta semana es, nada más y nada menos, que... ¡Evita contra el Che!. Y Caiga quien Caiga, o quede quien quede, es un verdadero dislate del ídolo de los estudiantes de TEA. Que la musa Clío perdone a Pigna y compañía.

La publicidad que nos parió

Que la paz, la solidaridad, la amistad fiel y la hermosa vida de barrio, hayan acompañado a los que tomaban Toddy hace varias décadas. ¡Y que no se diga que la publicidad no los alentaba!.

Homero Simpson según Charles Darwin

"El origen de las especies", de Charles Darwin, fue el primer relato científicamente convincente referido a la teoría de la evolución y de la selección natural. En la obra, el inglés explicó que las especies cambian como resultado de una necesidad nueva; que la lucha por la supervivencia elimina las variaciones desfavorables y sobreviven los más aptos. Asimismo añadió que el número de individuos de cada especie permanece más o menos constante; y explicó cómo varian en todos los aspectos las distintas especies según el entorno. Lo que sigue a continuación es la serie de operaciones que tuvo que hacer la naturaleza para que hoy tengamos al siempre querido Homero Simpson (originariamente, en este post había un video, pero fue levantado de You Tube por reclamos de la Fox).

Cuando el Teatro Colón estaba en Plaza de Mayo, 1881