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30 noviembre 2007
29 noviembre 2007
Juan Gelman, ganador del Cervantes
Juan Gelman acaba de ganar el Premio Cervantes. Anteriormente, lo habían obtenido otros tres argentinos: Jorge Luis Borges en 1979, Ernesto Sábato en 1984 y Adolfo Bioy Casares en 1990. Vaya como homenaje un poema, la mejor forma de rendirle tributo a un poeta.
UN HOMBRE Y UNA MUJER
Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.
Juan Gelman
28 noviembre 2007
Esta revista digital la banca a Madonna
27 noviembre 2007
26 noviembre 2007
25 noviembre 2007
Un abrazo de hace 6.000 años
24 noviembre 2007
23 noviembre 2007
Hace un año se me murió Leo, mi hermano
En la foto, Leo (izquierda) y yo, cuando todo era futuro.
Hace un año -una eternidad, unos segundos- se murió Leo. Hay alegría y tristezas que a veces se olvidan, porque la memoria es selectiva y caprichosa. Pero hay otras que, como el cuervo de Poe, estarán siempre allí, al final de cada verso, al final de cada acto. Por entonces -en realidad la nota la publiqué el día de fin de año- los amigos de siempre y los que entonces eran recientes en un blog casi virgen, llenaron mi casilla de mails. Aún los guardo, porque todavía no había habilitado los comentarios. Alli supe que, sin conocerles las caras, ya había gente con la que iba a estar muy vinculado afectivamente. Algunas como Elena, que llegaron más tarde a mi blog, recorriéndolo encontraron aquellos garabatos y dejaron un generoso comentario. Con el resto no quiero ser injusto y nombrar sólo a algunos, pero ellos saben.
No hay día en que no piense en el sufrimiento final de Leo. No hay día... Me gustaría, no por mí sino por él, que leyeran aunque sea algunos fragmentos de aquel insignificante homenaje hecho de palabras. Empezaba así:
"Nací un año y medio antes que él, y desde entonces ha pasado el tiempo suficiente para que las nostalgias sean más fuertes que las certezas. Y el azar quiso que sea yo, y no él, quien esté escribiendo estas líneas el último día del último mes de su último año". Y aquel escrito seguía asi.
Hace un año -una eternidad, unos segundos- se murió Leo. Hay alegría y tristezas que a veces se olvidan, porque la memoria es selectiva y caprichosa. Pero hay otras que, como el cuervo de Poe, estarán siempre allí, al final de cada verso, al final de cada acto. Por entonces -en realidad la nota la publiqué el día de fin de año- los amigos de siempre y los que entonces eran recientes en un blog casi virgen, llenaron mi casilla de mails. Aún los guardo, porque todavía no había habilitado los comentarios. Alli supe que, sin conocerles las caras, ya había gente con la que iba a estar muy vinculado afectivamente. Algunas como Elena, que llegaron más tarde a mi blog, recorriéndolo encontraron aquellos garabatos y dejaron un generoso comentario. Con el resto no quiero ser injusto y nombrar sólo a algunos, pero ellos saben.
No hay día en que no piense en el sufrimiento final de Leo. No hay día... Me gustaría, no por mí sino por él, que leyeran aunque sea algunos fragmentos de aquel insignificante homenaje hecho de palabras. Empezaba así:
"Nací un año y medio antes que él, y desde entonces ha pasado el tiempo suficiente para que las nostalgias sean más fuertes que las certezas. Y el azar quiso que sea yo, y no él, quien esté escribiendo estas líneas el último día del último mes de su último año". Y aquel escrito seguía asi.
22 noviembre 2007
21 noviembre 2007
20 noviembre 2007
El miedo en una carta de Elfriede Jelinek
Por Elfriede Jelinek
"Sufro con todos aquellos que tienen miedo. Yo misma sufro de eso. Se dice que la mayor parte de los trastornos de ansiedad se curan rápida y fácilmente ¿Por qué entonces no hemos sido sanados? ¿Será porque en el mundo nada es sano? ¿Por qué debemos ser curados precisamente nosotros? Una terapia exige grandes esfuerzos, y muchos de nosotros estamos cansados de asumir tales esfuerzos.
Muchos, entre los cuales me encuentro, hemos tratado con diversos medios de vencer este miedo. A menudo me invade una rabia inexplicable, contra mí misma, especialmente contra mí misma; esto es lo autodestructivo del miedo: no se puede ir en contra de sí mismo. Hay tantas cosas que no pueden ser sobrepasadas, tal vez no se debería ni siquiera intentarlo, pero el miedo es como un permanente paseo hacia la nada, hacia un precipicio.
La rabia de nunca terminar de caer pero al mismo tiempo tampoco de salir, a pesar de no haber estado dentro, se vuelve contra uno mismo, contra la propia incapacidad. Tal incapacidad nos enfrenta con aquello que tememos. Nuestra pérdida de la capacidad de defendernos es inentendible para alguien que no haya atravesado por eso. Inentendible para alguien que desconozca esta pérdida de la defensa, esta pasividad impuesta y abarcativa.
Es como si uno fuera un animal y el miedo se nos sentara en el lomo: uno no se lo puede sacudir de encima, ni siquiera se puede tratar, pues sólo el intento implicará el uso de tanta fuerza de la cual no se dispone. Uno tiembla, se estremece, es desesperante cuando se es derrotado por el miedo y este no quiere ceder. Pero también se es feliz cuando se es vencido por el miedo –y he aquí la otra cara del miedo–, pues nos protege de tener que confrontar con un mundo que pretendería imponernos sus reglas. El mundo no nos impuso ninguna regla. Tal vez debamos por eso vivir con ese miedo, no obstante éste sea un gran sufrimiento. ¿Será tal vez el miedo nuestra única defensa a contraponer a un mundo brutal y horroroso?
Nos dañamos a nosotros mismos con esta retirada del mundo, vemos muy poco de lo ajeno, esta ajenidad a la cual no podemos participar, pero no dañamos a nadie. Esto es ya mucho. Nuestro único enemigo es nada menos que el todo, y además nosotros mismos somos un plus que se suma a nuestro miedo, pero no derrotamos a nadie, pues nuestro miedo no se deja vencer. Se sienta sobre nosotros y es plano: no se lo puede uno sacudir de encima.
(Carta escrita por la premio Nobel de Literatura, la austríaca Elfriede Jelinek, para la muestra realizada en el Centro Cultural Borges en septiembre de 2005, titulada "Ansiedad a la vista")
19 noviembre 2007
18 noviembre 2007
Erotismo y pena en un cuento de Cortázar
"(...) Yo aprendía contigo lenguajes paralelos; el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste "Me da pena", y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo (...) "
Julio Cortázar
(fragmento de "Tu más profunda piel", del libro "Ultimo round")
17 noviembre 2007
El extraño caso del hombre-árbol
Un día se cortó la rodilla. Al poco tiempo, le comenzaron a salir del cuerpo raíces y extremidades troncosas. Lo despidieron del trabajo y su esposa lo abandonó. Es polinesio, tiene menos de 30 años, y los vecinos, para burlarse de él, lo llaman "el hombre árbol". Su nombre es Dede Koswara y se hizo famoso por la difusión de un video con la historia de su enfermedad. Al respecto, un especialista señalo que padecer ese mal tiene una "probabilidad de menos de una entre un millón".
Si hará langosta al puchero, antes lea esto
Atenti desalmados. Ustedes que saborean, se relamen y encima se chupan los dedos como cuando Homero se comió a su amigo Tenazas, sepan que las langostas sufren. Más concretamente, según un estudio científico,"las gambas y otros crustáceos experimentan dolor cuando acaban en el puchero o la sartén, contrariamente a lo que pensaban algunos expertos". La nota se publicó originalmente en el "New Scientist" y lo reprodujo, entre otros, "El País". Acá lea el artículo completo, que no tiene desperdicio. Y si le quedan ganas de comer langosta, usted es un asco de persona. (¡Langosta!...ñam, ñam).
16 noviembre 2007
15 noviembre 2007
12 noviembre 2007
11 noviembre 2007
Tom Wolfe recordó a Norman Mailer y su ego
Tom Wolfe (arriba en una foto de Susan Sterner en la Casa Blanca) se mostró consternado por la muerte de su colega y muchas veces adversario Norman Mailer. "Voy a extrañarlo tremendamente. Tuvimos muchas peleas, ya desde 1964″, dijo el autor de "La feria de las vanidades" a la cadena CNN. La rivalidad entre ambos comenzó cuando Wolfe escribió una crítica de "An American Dream", en la que afirmó que Mailer "había robado la trama de Crimen y castigo de Dostoievski".
"Todo parecía muy grave en aquella época, pero mirando hacia atrás puedo ver que (Mailer) era una enorme fuente de energía para todo el mundo literario, era un motor, un generador", dijo. "No carecía de ego, pero hacía que la aventura fuera deliciosa. En medio de una pelea podía adoptar una actitud feroz. En persona siempre me pareció un caballero cortés, y podía ser extremadamente encantador", evocó.
10 noviembre 2007
Murió Norman Mailer, el que no callaba
Hace unas horas, a los 84 años, se murió Norman Mailer. Fue, más alla de sus polémicas o precisamente por ellas, uno de los novelistas y periodistas que marcó la escena literaria estadounidense y mundial en la segunda mitad del siglo XX. En síntesis, uno de los grandes intelectuales que tuvo nuestro tiempo. Hace un tiempo había dicho: "Nadie me invita a comparecer en las grandes cadenas de televisión, a lo más que puedo aspirar es a aparecer en un programa minoritario de cable". Mientras preparamos un artículo sobre el autor de "Los ejércitos de la noche" y "La canción del verdugo", reproducimos algunas de sus ideas.
(...)
Humberto Acciarressi
.............................
(...)¿No le acusan de antinorteamericano?
Difícilmente puedo odiar a mi país. Amo la libertad. He tenido la suerte de ser escritor y obtener unos ingresos holgados desde los 25 años. En 1959, le dije al director del FBI, en televisión, que había hecho más daño a nuestro país que el mismo Stalin. Años después, pude obtener mi propio expediente de los archivos del FBI, que tenía 300 páginas. Estaban muy enfadados conmigo, pero nadie me llevó preso con esposas. He disfrutado de grandes libertades. Lo que digo es que la libertad es frágil y, si no trabajamos por ella, la vamos a perder, porque la democracia no es el estado natural del ser humano en sociedad, más bien lo contrario, hay que esforzarse mucho simplemente para mantenerla.Usted se define como "conservador de izquierda". ¿Eso qué es?
Creo que hay cosas extraordinarias en este mundo que están en vías de extinción y que hemos de luchar para que sobrevivan. Por ejemplo, la arquitectura antigua, como la de Edimburgo, amenazada por la enorme fealdad de las nuevas construcciones. Creo que las sociedades humanas deberían basarse en una cooperación que no estuviera centrada en el dinero, sino en la experiencia concreta del hombre. Mi conservadurismo de izquierda es la denuncia de los aspectos opresivos y totalitarios de las nuevas tecnologías, es un intento de conservar lo bueno de este mundo. No creo en la utopía de la ciencia: "Usted confíe en nosotros y acabará viviendo 200 años, con las mismas prestaciones que cuando tenía 50". Es totalmente falso: no podemos hacer nada contra la ley natural de la energía.
Su otro nuevo libro traducido al castellano se ocupa de la guerra de Irak.
Me he opuesto radicalmente a ella, porque se ha hecho por causas inventadas. Ni siquiera han encontrado una sola arma de destrucción masiva. Saddam es un monstruo, pero no tenía vínculos con Bin Laden, más bien al contrario, eran rivales. A nuestros líderes no les importa la gente, eso está claro, porque lo que hacen es matar personas a cientos. ¿Y para qué? Nadie puede traer la democracia a un pueblo, eso es una idea equivocada. La democracia es un estado de gracia que sólo alcanzan los pueblos con muchísima gente concientizada. Lo único que hemos llevado a Irak es violencia y muerte.
Usted ha conocido personalmente a presidentes norteamericanos como Kennedy o Reagan. ¿Qué piensa de Bush?
Detrás de la guerra de Irak está su deseo de apoderarse de Oriente Medio y el mundo entero. Es peligroso: según propia confesión, cree que Dios lo apartó del alcoholismo para llevarlo a la oficina oval (de la Casa Blanca). ¡Eso da miedo!(...)
Norman Mailer en un fragmento de un reportaje otorgado en 2003 al diario español La Vanguardia.
La frontera es con el otro y con uno mismo
"Vagabundeé mentalmente durante varias semanas, buscando la manera de empezar. Toda vida es inexplicable me repetía. Por muchos hechos que cuenten; por muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a ser contado. Decir que fulanito nació aquí y fue allá; que hizo esto y aquello, que se casó con esta mujer y tuvo estos hijos, que vivió, que murió, que dejo tras sí estos libros o esta batalla o ese puente, nada de eso nos dice mucho. Todos queremos que nos cuenten historias, y las escuchamos del mismo modo que las escuchábamos de niños. Nos imaginamos la verdadera historia dentro de las palabras, y para hacer esto sustituimos a la persona del relato, fingiendo que podemos entenderla porque nos entendemos a nosotros mismos. Esto es una superchería. Existimos para nosotros mismos, quizá, y a veces incluso vislumbramos quiénes somos, pero al final nunca podemos estar seguros, y mientras nuestras vidas continúan; nos volvemos cada vez más opacos; más y más conscientes de nuestra propia incoherencia. Nadie puede cruzar la frontera que lo separa del otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a si mismo"
Paul Auster
(Fragmento de La habitación cerrada, del libro "Trilogía de Nueva York")
06 noviembre 2007
Vanity search, o si no estás, no existís
"El vanity search o egosurfing es una tendencia que viene creciendo desde hace un año", dice el director de Asuntos Públicos para América latina de Google, Alberto Arebalos. Cada día tiene que responder dos correos de personas que se buscaron a sí mismas en Google, y están en desacuerdo con los datos que encontraron. Una chica, antes de salir con un chico, lo busca en Google. Una docente chequea de la misma forma si sus alumnos se copian. Y los mormones están en campaña para...¡construir el árbol genealógico de la humanidad! Por cierto, si tenés dudas, hay mucho más.
04 noviembre 2007
Retrato mudo: Lady Day en perspectiva
Por Nora Abdala
Elegir los momentos en que Billie Holiday calla implica pensar en un oxímoron. El oxímoron es aquella figura retórica que multiplica el sentido de una frase al utilizar dos términos contrapuestos. En un mundo invadido por la imagen, en el que las palabras han perdido protagonismo – y en este caso, una voz que ensordece momentáneamente – detengámonos, en concesión crítica, ante el poder aplastante de esos primeros planos que observan su rostro expectante y callado. Puede decirse que el misterio de Billie Holiday cabe también en un gesto de silencio.
Si nos preguntamos en qué consiste que esta voz sea absolutamente diferente a muchas otras que desfilan parejas en profundidad y originalidad dentro del mundo del jazz, y nos disponemos a mirar sesgadamente la impresión que nos proporciona una huella visual: allí, en esa intersección de espera, se encuentra lo que ninguna cámara pudo o quiso registrar en otras cantantes que dieron al jazz sus composiciones – o versiones – inigualablemente auténticas. Una imagen descifra aquel postulado de la música que dice que su constitución radica en la unión de los sonidos con el silencio. Gesto emblema el de ella, que corroe el silencio, mejor dicho, lo aterciopela.
En el prólogo al canto, Billie Holiday escucha y disfruta la música del otro. Es la voz que espera y este paréntesis desata en el que la mira la memoria de su fraseo. Mientras sucede el desfile de esos portentosos y varoniles vientos que la enmarcan y la cercan (sólo en el espacio reducido que el estudio de televisión ofrece), ella intercala las palabras de su blue. Esa canción en la que la voz lírica oscila en su interpelación al hombre amado que contradice el corazón de sus desdichas.
El canto de Billie se encuentra suspendido en ese sutil e insonoro paso de inversión entre la espiración y la inspiración. Es el cambio de aliento que la poesía de Paul Celan inscribe en el marco del no decir, en el pasaje imperceptible del intercambio de aire. Billie se cristaliza – registro de la cámara mediante – en un gesto. Si en ese tiempo su voz suena o no, sólo lo podemos decir los espectadores. En el registro fílmico, su boca cerrada sí lo evidencia. Pero en la memoria de cada uno, esa mirada de aprobación, ese girar de la cabeza, contienen el eco de su voz; el subrayar de sus cejas alerta el murmullo concentrado que continúa en la espiral sonora de los instrumentos de Lester Young, Ben Webster, Gerry Mulligan, Coleman Hawkins, Roy Eldridge…
Ella asiente con el asombro que le produce la devolución de esos vientos masculinos, variables y contundentes en su aprobación: “El amor es como un grifo/ que se gira y se apaga”. La dinámica obedece a una disciplina del género. La disciplina de la improvisación, nuevamente un oxímoron. El gesto de Billie resume una disciplina plena, la del disfrute con el otro. “Yo soy tú cuando soy yo” decía Celan en un verso y ella ofrece su canción a la construcción colectiva como una penitente que dona un dolor intransferible.
En esa alquimia de la improvisación surge la alegría de la sorpresa, aquella en que cada nota escuchada satura el compás tranquilizador, esa encrucijada donde se demora el suspiro a la espera de su contribución. El giro es cíclico, uno en uno, otro en otro, el dolor es propio y es ajeno.
Para un escritor, la página en blanco ha sido siempre motivo de conflicto. Por eso ha sido utilizada como un espacio dentro de la escritura para dirigir la interpretación de los lectores. El poeta Mallarmé exacerbó con su Coup de dés todas sus trampas. El punto ciego que rearma todo el potencial de la lectura.
Mirar a Billie Holiday cuando calla, ¿es como una página en blanco? Como hemos visto, puede ser un punto de orientación que dirige nuestra interpretación como oyentes-espectadores. Porque la ausencia de su voz construye, paradójicamente también, su presencia sonora en ese mosaico de voces alternativas.
Nos hemos detenido en la visión de una cámara azarosamente entomóloga (¿o no?, poco importa), en su registro anecdótico y efímero. Allá, por el año 1957, a sólo dos años de la muerte de Billie, unos profesionales realizaban su tarea acorde con la circunstancia, a pesar del contexto imperante furiosamente racista.
En Fine and Mellow, el resto no es silencio.
Ahora dicen que el perro está vivo
Hace unos días, posteamos una noticia que rondaba en los medios del arte, en varios blogs, y que había sido publicada en La Nación de Costa Rica. Para no abundar en el tema, pueden verlo aqui.
Lo cierto es que ahora, la directora de la galería dice que las cosas ocurrieron de una forma bien distinta. Es decir, según ella, el perrito no murió expuesto. Señaló: "El perro permaneció en el local tres días, a partir de las 5 de la tarde del miércoles 15 de agosto. Estuvo suelto todo el tiempo en el patio interior, excepto las 3 horas que duró la muestra, fue alimentado regularmente con comida de perro que el mismo Habacuc trajo. Sorpresivamente, al amanecer del viernes 17, el perro se escapó pasando por las verjas de hierro de la entrada principal del inmueble, mientras el vigilante nocturno, quien acababa de alimentarlo, limpiaba la acera exterior del mismo".
En cuanto al artista (no conozco su obra, de manera que lo llamo así convencionalmente), sigue sosteniendo que el perro murió, aunque ya se sospecha que es por pura promoción. Yo no estoy tan seguro.
03 noviembre 2007
Esther Perel: la infidelidad como un antídoto
Por Humberto Acciarressi
Después de veinte años escuchando problemas de parejas en Nueva York, uno puede hacer dos cosas. Saltar al río o escribir un libro. Esther Perel, belga de nacimiento y radicada en los Estados Unidos, optó por lo segundo. Y con tal suerte que causó un escándalo que persiste, sobre todo si se tiene en cuenta que "Inteligencia erótica" lleva vendidos más de cien mil ejemplares y ya está traducido a 21 idiomas. Sentados en la sala de un hotel céntrico, la bella psicoterapeuta se entusiasma y entusiasma a su interlocutor, en una larga charla de la que extraemos los siguientes párrafos:
-Llegaste para armar un buen lío con esta especie de defensa de la infidelidad... aunque realmente no sea exactamente así.
Bueno, allí está la cuestión. No es exactamente así (ríe). Lo que ocurre es que todavía, a pesar de los cambios, el ideal romántico sigue causando grandes problemas. Y la monogamia es una vaca sagrada.
-Entonces, ¿no es cierto que la infidelidad arruina la pareja?
Creo exactamente lo opuesto. La infidelidad no arruina a la pareja. Muy por el contrario, es un antídoto para mantenerla y es un antídoto contra la muerte.
-Más alla de que la idea es discutible, lo que queda claro es que eso implica una defensa.
Son datos de la realidad. Cosas que he podido comprobar a lo largo de muchos años. Y en definitiva, ¿qué es un buen matrimonio? He visto muchas parejas que se aman pero no se desean. Y sin embargo forman un buen matrimonio.
-¿Y entonces?
"Nunca voy a serte fiel, pero siempre voy a serte leal", le decía Rivera a Frida Kahlo.
-Y Milan Kundera que las relaciones humanas son relaciones de poder.
Yo era una gran admiradora de Kundera. Pero lo que decís es cierto, y podríamos agregar que las relaciones del deseo son relaciones de poder. La traición tiene muchas caras, ¿por qué se la asocia sólo a lo sexual?
-Yo no, pero entonces, ¿qué es el amor y qué es lo erótico?
El amor busca la cercanía, acortar el espacio, la distancia entre dos personas, disminuir las amenazas, quiere tener. El deseo es querer y para querer se necesita alguna distancia psicológica, un espacio entre uno y el otro, se necesita una alteridad. Este es el espacio erótico.
-Interesante como planteo, pero poco viable en la vida cotidiana.
Hay una generación de hombres que se sienten desubicados de su rol masculino por tener mujeres que han tomado parte del papel masculino y ellos no saben cómo diferenciarse o reconocerse como diferentes de ellas. Y a esos hombres les resulta más difícil desear a la mujer que aman, porque no saben totalmente dónde meterse.
-¿Y con la mujer qué pasa?
Algo parecido. Encuentra un hombre que comparte el rol de la mujer o de la madre con ella, entonces no le resulta fácil desear a este hombre con el que ya no tiene diferencia y alteridad suficiente.
-¿Y los hijos?
La mayoría de las veces, el golpe fatal para la vida erótica es la llegada de los hijos.
-No creo estar de acuerdo.
No importa, porque lo bueno de esto es que se debata.
-Lo estelar de tus teorías parece ser el cuerpo.
A través de nuestro cuerpo logramos verdades. Es donde se encuentran los deseos, los miedos, las ansiedades, los sueños más primitivos. Y están alli de una manera que no encontramos en nuestra relación o en nuestra manera de ser más verbal, secundaria, emocional, interactiva.
-¿Cómo resolviste escribir éste, tu primer libro?
Recién durante el affaire Clinton, que fue cuando me di cuenta que el tema del sexo no estaba en la agenda política de los Estados Unidos. Quise escribir un libro inteligente, espero que lo haya logrado, pero sin que resulte pesado, denso, que pueda entender cada persona bastante educada pero sin ser parte de la secta que yo integro, que es la de los académicos. Un libro sofisticado, pero abordable.
(Publicado en La Razón, de Buenos Aires, cuando Perel anduvo por el país promocionando su primer libro y se me ocurrió conocerla. En lo que a mí respecta, puedo decir que es más interesante el personaje y los motivos que la impulsaron a escribir su primera obra, que ésta en sí misma. De cualquier manera provocó polémicas, vende más de lo que uno puede imaginar y el asunto que aborda no es menor. Buenas razones, creo, para subir el reportaje)
La erótica, nos dice Leopoldo Marechal
LA EROTICA
Tuve un segundo encuentro en el Tuyú
junto al mar que bramaba como un toro
y en cierto mediodía de salitre.
Acostado en las algas vi al Amor,
doble y uno en su forma de andrógino admirable:
la parte del varón (crines y bronces)
y la de la mujer (plumas y rosas)
buscaban la unidad en un abrazo
de dos metales puestos en crisol.
Y digo que, a mi vista, la región de la hembra
se iba trocando en la región del macho
y la del macho en la de la mujer,
las crines y las plumas en fusión,
los bronces y las rosas confundidos,
hasta no ser ni el macho ni la hembra,
sino los dos en uno y en ninguno.
Con el primer encuentro se puede hablar de Amor:
con el segundo nace la Erótica infinita.
Leopoldo Marechal
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