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Por Humberto Acciarressi
Elin Nordegren, la bella ex modelo sueca, esperó paciente. Su marido desde el 2004, Tiger Woods, le había confesado públicamente tres infidelidades (una golfista y una camarera, entre ellas), pero los medios aseguran que no fueron menos de 120 mujeres. El se escudó en la más maravillosas de las excusas: adicción al sexo. Imaginemos la escena. Ella entra a la habitación, él está con una chica de calendario, ella le recrimina, él se defiende agarrándose la cabeza: "Menos mal que me estoy curando. Ya no aguanto estas situaciones". Ella agarra uno de los palos de golf del marido, lanza el golpe y le deja la cabeza girando sobre sí misma como la de Linda Blair en El exorcista. Se sabe que ese final con vómitos verdes no ocurrió, pero sí que ella lo hizo estrellarse contra un árbol, mientras le rompía los vidrios del Cadillac Escalade a palazos hace unos meses.
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(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)