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30 septiembre 2007
29 septiembre 2007
El Golem
27 septiembre 2007
26 septiembre 2007
25 septiembre 2007
Filosofía interna de una redacción
Dijo Enrique Gariglio con tono solvente: "El mundo cambió"
Sostuvo Geraldine Mitelman azorada: "¡Qué feo Internet!,¿eh?"
Se indignó Alfredo Alcará mientras escuchaba música tecno: "¡Nunca una chacarera!"
Afirmó Mercedes Mendez científicamente: "En Mar del Plata no puede haber tsunamis; ya lo investigué"
Vaticinó Luis Sartori: "Me parece que no llegamos al Bicentenario"
Suplicó María Eugenia Chapur: "Humber, te lo ruego por los clavos del Señor"
Polemizó Andrés Fevrier: "Mejor que Maradona fue el Beto Márcico"
Anunció Paula Conde: "No puedo ser amiga de alguien a quien no le guste el chocolate"
Se jactó Hugo Arias: "La vida hay que vivirla: yo me como una manzana, un yogurt, y que sea lo que Dios quiera"
Exclamó María de la Paz García: "A la pipeta"
Deslumbró Juan Manuel Gaimaro: "Entré como chancho a la tomatera" (¿¿¿...???)
Arengó María de la Paz García: "Humber, hay que salir del paradigma"
Dagnosticó Enrique Gariglio refiriéndose a cierta señora/ita de cierta redacción: "Lo que pasa es que no superó la lobotomía"
Nos ilustró Alejandra Bratin: "La culpa de todo la tiene el nitrógeno"
Se atrevió Juan Manuel Gaimaro: "Desde que los scouts cumplieron cien años, Paz está insubordinada"
Se confesó Gabriela Cabezón Cámara: "Lo que no tiene vuelta atrás, no es para mí"
(Delirios de algunos compañeros de La Razón, de Buenos Aires)
23 septiembre 2007
22 septiembre 2007
Hasta los pingüinos hacen cola...
21 septiembre 2007
20 septiembre 2007
16 septiembre 2007
15 septiembre 2007
Roald Dahl: letras, cine, Google y prejuicios
De su relación con el cine (los tres recién mencionados fueron llevados a la pantalla; "Charlie..." en dos ocasiones), quedan su participación en el guión de "Chitty Chitty Bang Bang",de Ken Hughes, y en el guión de "Sólo se vive dos veces", de la seguidilla de James Bond. Muchos otros libros suyos fueron llevados al cine. Murió en Oxford, Inglaterra, el 23 de noviembre de 1990. A comienzos de la década del ochenta, criticó la invasión de Israel al Líbano y ciertos extremistas lo llamaron anti-semita. Por esa razón, este jueves Google apenas pudo tener dos horas su homenaje a Dahl en el buscador:
14 septiembre 2007
A 35 años de Yasunari Kawabata
13 septiembre 2007
11 septiembre 2007
A treinta años de Clarice Lispector
Murió de cáncer hace treinta años, pero con ella pasa algo más que extraño. A diferencia de otras escritoras de sino trágico –la uruguaya Delmira Agustini, nuestra Alfonsina Storni, etc– su figura fue creciendo hasta convertirse casi en un mito. Clarice Lispector, una de las voces más extrañas y fascinantes de las letras brasileñas, puede compararse en este sentido a Alejandra Pizarnik.
Dos mujeres muy nombradas, aunque no tan leídas. Su sensibilidad, su arte poética, exige a los lectores que se metan de cabeza en las profundidades de los conceptos. La trama, en ella, a veces es lo de menos. Fue por eso que alguien, en cierta oportunidad, cometió la gaffe de decir que Clarice Lispector era una escritora en busca de un argumento.
Su vida no fue menos extraña. Nació en Rusia, a los dos meses ya estaba en Brasil y en una oportunidad la retrató Giorgio de Chirico. Como habían mentado que era hechicera la invitaron –y fue, aunque no a bordo de una escoba– a un congreso de brujas en Colombia, le gustaba hablar de la muerte, aunque sobre todas las cosas escribir...y seguir escribiendo.
No hace mucho, le preguntaron a Nádia Battella Gotlib, la autora de "Clarice, una vida que se cuenta" (recién editado por Adriana Hidalgo, se trata de uno de los más completos acercamientos realizados a la vida y la obra de la autora de "Un aprendizaje o el libro de los placeres"), si le había costado mucho armar el rompecabezas de esa vida compleja. La biógrafa contestó: "Ella mentía muchísimo respecto de su vida. Tuve que montar la historia dejando de lado y cuestionando todos los datos que Clarice había dado, porque ella intentaba borrar todas sus huellas".
¿Qué la llevaba a borrar sus pasos? Tal vez no sea demasiado importante, como no lo es –salvo para armar la historia – el Rosebaud de "Citizen Kane". De hecho, ella misma escribió: "No hay hombre ni mujer que no se haya mirado en el espejo y no se haya sorprendido consigo mismo". Lo que es definitivamente insoslayable es su obra: sus novelas, sus poesías, sus libros infantiles. Estas piezas son las que llevan a decir que una vez que se llega a ella, es muy difícil de abandonar. Como los grandes amores.
(Publicado en La Razón, de Buenos Aires)