"Asegurémonos de que eso melenudos beatniks anticristianos no destruyan América", sostenía a comienzos de la década del 60 el sociólogo (¿?) David Noebel, un pastor de la Cruzada Cristiana Anticomunista y férreo defensor del Ku Klux Klan, en un patético libro titulado "Communism, Hypnotism And The Beatles". Este sujeto impresentable "alertaba" sobre "la perniciosa influencia del rock and roll entre los jóvenes". No contento con los pensamientos retrógrados volcados en la obra, en un reportaje que le hizo para 1965 la revista Newsweek, el anático aseguraba que "los Beatles están llevando a la juventud norteamericana a un estado de excitación y alienación tal, que podrán llegar a hacer cualquier cosa que les pidan. Incluso, llegado el momento, los comunistas harán que los Beatles salgan por televisión para hipnotizar a la juventud y llevarles a la revolución". Apenas unos meses más tarde de la enmtrevista, los estados del llamado "cinturón bíblico" estadounidense censuraban todos los discos del cuarteto de Liverpool y el Ku Klux Klan los amenazaba de muerte.
