Desde la patria de Kurosawa, Mishima, los haikus, Murakami y la industria automotriz, acaba de llegar al conocimiento internacional un sujeto hasta ayer desconocido por el gran público: Yuichi Nishimura, quien tuvo a su cargo el arbitraje en el partido inaugural entre Brasil y Croacia. En un minuto (ni un segundo más, ni un segundo menos) el japonés se convirtió en el personaje más famoso del planeta Tierra y sus alrededores, si se tiene en cuenta los millones de espectadores que tiene el Mundial que se desarrolla en el país hermano. Si pensamos bien, el referí se comió el presunto penal del defensor croata a Fred, que cayó como una bolsa de papas más por desgano que por una falta. El partido iba 1 a 1 y Brasil no hacía casi nada para romper la igualdad. Pero en las redes sociales nadie pensó bien: es decir, nadie supuso que se trató de un error.
Millones de usuarios de internet, conocedores o no de fútbol, advirtieron que ese penal sólo puede ser cobrado por alguien que no está capacitado para dirigir un picado en la canchita del barrio. Cuando Neymar aún no había cambiado penal por gol (y, valga aclararlo, el arquero croata casi se lo ataja), ya las redes sociales comenzaron a dudar de la honestidad del referí japonés. En segundos aparecieron fotos fakes con Nishimura con la camiseta de Brasil, insultos y sarcasmos sobre la dirigencia de la FIFA, imágenes del árbitro con el llavero de un Mercedes Benz en lugar del silbato, advertencias a México y Camerún (los otros integrantes de la zona del local) sobre lo que puede acontecer en los partidos contra la verdeamarelo. Una vez más, Twitter se llevó las palmas en las cargadas y, cosa curiosa, casi no se twitteó desde el país anfitrión.
Con hashtags como #Ponja, #RoboaCroacia, #Nishimura, #Elrobobrasilero, #JaponésLadron y decenas más, se comparó al referí con Homero Simpson, se lo acusó de promover la caza de ballenas, de haberse drogado antes de comenzar el partido, de recibir la suficiente plata para vivir por el resto de sus días, de decir "Tu comentario no me gustó. Penal para Brasil", y de las cosas más insólitas que sólo salen del humor popular ante tamaño desatino (si de eso se hubiera tratado). La cosa, naturalmente, no termina aquí. Estas líneas sólo tratan de registrar lo que pasó entre la caída de Fred, la decisión del japonés y el tiro de Neymar. El resto ocurre en este momento. Lo que resulta claro es que el mundo no se va a olvidar tan fácilmente de este sujeto -como decíamos al comienzo- hasta ayer desconocido.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)