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15 marzo 2021

Witold Gombrowicz entre la hostilidad y la devoción


Por Humberto Acciarressi 

Milan Kundera, amigo de las vanguardias y poco propenso al elogio fácil, dijo en una oportunidad que Witold Gombrowicz es uno de los precursores de la moderna novela europea. Carlos Fuentes, por su lado, sostuvo que "Ferdydurke" es una de las diez mejores novelas del siglo XX. Tal vez un poco exagerado, y seguro muy provocativo, Ricardo Piglia aseguró -pecado de lesa literatura- que Witold "es el mejor escritor argentino del siglo XX". Pero más allá de exageraciones, devociones, pasiones encontradas, y otros entusiasmos de la razón y del corazón, lo cierto es que Witold Gombrowicz es uno de los escritores más singulares y una de las personalidades más inquietantes del siglo que aún sentimos como propio. 

Los datos biográficos de este autor impar -en un hombre que fue pura biografía- podrían resumirse en unas pocas aunque relevantes fechas. No es un dato menor, por ejemplo, que haya nacido -hace poco más de cien años- en una humilde aldea de Polonia, pero en el seno de una familia noble. Sus estudios de Derecho en Varsovia, una breve estancia parisina y sus primeros devaneos literarios en la década del treinta podrían agregar algo al origen de su misterio. Para los argentinos -y para él mismo- una fecha clave en su vida fue el 21 de agosto de 1939, cuando llegó a Buenos Aires a bordo del barco Chorbry, en el viaje promocional de una empresa naviera. Una semana más tarde, como para acentuar el peso del destino, en Europa estallaba la Segunda Guerra Mundial. 

Cuando Gombrowicz arribó a nuestro país, ya había escrito la colección de cuentos "Memorias de la inmadurez o Bakakai", la pieza teatral "La princesa Yvona de Borgoña" y su obra maestra "Ferdydurke". Sin embargo, era un autor desconocido y -en muchos casos- maltratado por sus colegas. La Argentina no fue muy hospitalaria en ese sentido, o por lo menos no lo fue el círculo que rodeaba a la visionaria e imprescindible Victoria Ocampo. Witold, hay que decirlo, era demasiado hostil en su trato. Ernesto Sábato lo recuerda en el prefacio a la edición de "Ferdydurke" de 1964: "Era un individuo flaco, muy nervioso, que chupaba ávidamente su cigarrillo, que desdeñosamente emitía juicios arrogantes e inesperados. Parecía helado y cerebral...". 

Sí cultivó la amistad del cubano Virgilio Piñera -por entonces en Buenos Aires-, de Adolfo de Obieta, Arturo Capdevila y Carlos Mastronardi, entre otros. Algunos de ellos lo ayudaron a traducir sus obras al español. Así fue como el misterioso Witold, llegado casi casualmente, se afincó entre nosotros por más de dos décadas. No se entregó a las añoranzas, sino que criticó con vehemencia a su país y no fue condescendiente con los intelectuales de la patria adoptiva, incluyendo a Borges, con quien mantuvo una cena desastrosa en la que no congeniaron. "Los hechizados", "Trans-Atlántico" y "Pornografía" son algunas de sus otras obras, hoy casi inhallables en las librerías. 

Su raid argentino culminó abruptamente, sin despedidas, a comienzos de los sesenta. De su paso por estas tierras queda su "Diario argentino". La Polonia comunista lo censuró y lo puso en sus listas negras. En los años europeos que transcurrieron hasta su muerte acaecida en Francia en 1969, trabajó con la Fundación Ford y no hizo muchas más cosas. Falleció en las cercanías de Niza, casi sin que nadie se enterara, incluyendo a sus amigos de Buenos Aires. Hoy dos patrias se disputan la paternidad de su obra literaria. A Witold, no caben dudas, eso le hubiera causado gracia. 

(Publicado en "Tiempo de Arte", de Buenos Aires)

16 enero 2021

Borges y la lectura como una forma de la felicidad


"(...) la frase lectura obligatoria es un contrasentido, la lectura no debe ser obligatoria ¿Debemos hablar de placer obligatorio? ¿Por qué? El placer no es obligatorio, el placer es algo buscado (...) La lectura debe ser una forma de la felicidad" 
Jorge Luis Borges

09 abril 2019

Richard Avedon y sus fotos de Jorge Luis Borges


"(...) En 1975 llegué a un punto en mi carrera en que no estaba interesado en hacer retratos a personas de poder y fama. Sin embargo, había tres hombres cuyo trabajo admiraba enormemente y cuyo retrato quería realizar: Jorge Luis Borges, Samuel Beckett, y Francis Bacon. Sus retratos involucraron tres tipos diferentes de performance: Borges otorgó una infotografiable, Beckett la rechazó y Bacon ofreció una sesión perfecta.

Fotografío lo que más temo, y Borges era ciego.

En vuelo a Buenos Aires me informan que la madre de Borges, con quién yo sabía que él vivió toda su vida, acababa de morir esa mañana. Asumí que la sesión sería cancelada. Pero él me recibió, como estaba planeado, la tarde siguiente a las cuatro en punto. Llegué a su apartamento y me encontré a mi mismo en la oscuridad. Estaba sentado en una luz gris, en una silla pequeña, y me señaló con su mano que me sentara a su lado. Casi inmediatamente, me dijo que admiraba a Kipling, y me pidió que le leyera. “Vaya a la biblioteca y busque el séptimo libro de la derecha del segundo estante”. Lo hice. Me dijo cuál poema de Kipling quería escuchar - “The Harp Song of the Dane Women” - y se lo leí. Se sumó en algunos pasajes. Me preguntó si sabía yo anglosajón ¿Qué prefería, leyenda o elegía? Elegía, aventuré. Me explicó, mientras se preparaba para recitar, que su difunta madre yacía en la habitación de al lado. ´Sus manos se crisparon de dolor justo un instante antes de su muerte´, explicó, y luego describió cómo él y su sirviente habían estirado cada uno de los dedos de su madre, uno por uno, hasta que sus manos descansaron sobre su pecho. Luego recitó la elegía anglosajona, su voz elevándose y musitando en el cuarto oscuro.

La primera vez que lo vi en la luz, era mi luz. Me abrumaron los sentimientos y empecé a fotografiar. Pero las fotos resultaron más vacías de lo que yo esperaba. Pensé que de alguna manera la abrumación fue tanta que no había logrado poner nada de mí mismo en el retrato.

Cuatro años después leí una crónica de Paul Theroux sobre su visita a Borges. Era mi visita: la luz suave, la ida a la biblioteca, Kipling, el recital anglosajón. De alguna manera, parece que Borges no hubiera tenido visitas. La gente que venía de afuera sólo podía existir para él si formaba parte de su propio mundo interior, el mundo de poetas y sabios que eran su verdadera compañía. La gente de ese mundo sabía más, discutía mejor, tenía más para decirle. La performance no permitía ningún intercambio. Él se había tomado su propio retrato hacía tiempo atrás, y yo sólo pude fotografiar eso (...) "

Richard Avedon

24 julio 2018

Un libro total en la biblioteca infinita


"(...) Para localizar el libro A, consultar previamente un libro B que indique el sitio de A; para localizar el libro B, consultar previamente un libro C, y así hasta lo infinito... En aventuras de ésas, he prodigado y consumido mis años. No me parece inverosímil que en algún anaquel del universo haya un libro total; ruego a los dioses ignorados que un hombre - ¡uno solo, aunque sea, hace miles de años! - lo haya examinado y leído. Si el honor y la sabiduría y la felicidad no son para mí, que sean para otros. Que el cielo exista, aunque mi lugar sea el infierno (...)"

Jorge Luis Borges
(Fragmento de "La biblioteca de Babel")

27 mayo 2018

Ese objeto secreto y conjetural


"(...) Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Frey Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer de pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemont Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osadura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo (...)"

Jorge Luis Borges
(fragmento de "El aleph")

19 abril 2018

Borges y un libro en el universo indiferente


"Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el indiferente universo, hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos. Ocurre entonces la emoción singular llamada belleza, ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica"
Jorge Luis Borges

30 marzo 2018

El diccionario de la RAE según Borges


"Quienes elaboran el diccionario de la Real Academia Española son un grupo de desacreditados empeñados en que cada nueva edición sea más grande que la anterior"
Jorge Luis Borges
(Revista Ahora, 19 de junio de 1986, edición homenaje por su muerte)

28 diciembre 2017

Jorge Luis Borges, el latinoamericano más traducido al chino


Juan Manuel Cortelletti, agregado cultural argentino en la Embajada Argentina en China, acaba de hacer un aporte poco conocido entre los seguidores de las letras latinoamericanas en el mundo. En tal sentido, el diplomático señala que Lou Yu, traductora de Ricardo Piglia y una de las principales expertas en literatura hispanoamericana de China, "resolvió la polémica con datos duros". En 2016, en ocasión del Año del Intercambio Cultural China-América Latina, relevó todos los libros latinoamericanos traducidos al chino y efectivamente publicados desde octubre de 1949, fecha fundacional de la República Popular. Y de allí arribó a una conclusión más que alentadora para los argentinos. 

"Con 115 libros, nuestra literatura es la más traducida en términos generales, y Borges quedó en primer lugar como autor individual, con sus obras completas ya publicadas. Julio Cortázar y Adolfo Bioy Casares siguen al autor de Ficciones en el ranking, mientras que otros países cuya literatura alcanzó gran visibilidad son Chile, Colombia, México y Perú, con Pablo Neruda, Gabriel García Márquez, Octavio Paz y Mario Vargas Llosa como figuras destacadas", precisa Cortelletti basado en la investigación de Lou Yu.

El agregado cultural argentino en China revela además que un dato de interés adicional es la diversidad de escritores argentinos disponibles además de los ya mencionados. En tal sentido, los chinos pueden leer en su idioma a José Hernández, Ricardo Güiraldes, Manuel Puig, Ernesto Sábato, César Aira, Guillermo Martínez y Andrés Neuman, entre muchos otros. Lou Yu concluyó en su investigación -en proceso de traducción al español-, que el verdadero auge de la literatura latinoamericana en China se dio recién a partir del año 2000. De un total de 714 libros publicados, 355 se editaron en el siglo XXI. 

"Esto responde, según la experta, a que entre 1949 y 1978 primaba el concepto de ´afinidad ideológica´, por lo que las obras traducidas eran de fuerte contenido anticapitalista.En 1979 y hasta 1999, con el proceso de reforma y apertura de China, el campo editorial se profesionalizó y la selección comenzó a basarse en la calidad literaria. Y el boom actual, finalmente, responde a factores como el estrechamiento de las relaciones chino-latinoamericanas y el crecimiento exponencial del estudio del español en todo el país (ya hay 82 universidades chinas que ofrecen licenciaturas en filología y literatura hispánica)".

El diplomático manifiesta que "tan local y universal a la vez, Borges genera repercusiones extraordinarias". Y al respecto pone de manifiesto dos hechos: "En Beijing, una alumna universitaria de español le dijo hace unos meses a su profesor de literatura (de nacionalidad argentina) que había comprendido mucho mejor la religión de su familia a través del libro que le había recomendado el docente. El título en cuestión: ´Qué es el budismo´, de Jorge Luis Borges y Alicia Jurado. Como parte del fenómeno, el autor argentino se convirtió también en objeto de consumo de los fanáticos. Una importante librería de la capital china, entre otros souvenirs, vende a sus clientes remeras negras con una frase en caracteres chinos blancos que dice: ´Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca´ con la firma de Jorge Luis Borges".

06 diciembre 2017

El libro y su lector, según Borges


"Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el indiferente universo, hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos. Ocurre entonces la emoción singular llamada belleza, ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica".

Jorge Luis Borges

18 junio 2017

Borges, el mago de los magos según Norman Mailer


"Esta bien, era un conservador...pero no soporto pensar en un escritor en términos políticos. Y menos en primer lugar. Es lo mismo que pensar en alguien y empezar por el ano. Borges tiene la mágica habilidad de tomar una anécdota e invertirla por completo. Muchas veces he pensado que Borges hace en cinco páginas lo que a Pynchon le cuesta quinientas. Borges nos muestra los recursos de la novela. Es el mago de los magos".

Norman Mailer

13 febrero 2017

Cambiar en palabras nuestra vida


"La historia que he narrado aunque fingida
Bien puede figurar el maleficio
De cuantos ejercemos el oficio
De cambiar en palabras nuestra vida (...)"

Jorge Luis Borges
(fragmento del poema "La Luna")

18 octubre 2016

Borges y Sábato charlan sobre los sueños


En una oportunidad, Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato charlaban sobre los sueños:

JLB: Una persona que sueña es, a la vez, el teatro, el actor, el autor y el decorado.

ES: El arte y el sueño tienen un principio común, a mi juicio. Pero en el arte hay salida y en el sueño no. El artista se sumerge, en un primer momento, en el mundo de su inconsciencia, que es el de la noche, y en eso se parece al sueño. Pero luego vuelve hacia fuera, es el momento de la expresión, depresión hacia fuera. Es entonces cuando el hombre se libera. En el sueño todo queda adentro.

JLB: Veo que usted, Sábato, es un especialista en sueños.

ES: Todos lo somos.

JLB: Sin embargo conozco personas tan desdichadas que no han soñado nunca.

12 agosto 2016

Consejos sobre la lectura de Jorge Luis Borges


"Creo que la frase lectura obligatoria es un contrasentido, la lectura no debe ser obligatoria... Yo he sido profesor de literatura inglesa durante veinte años en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y siempre les aconsejé a mis estudiantes: si un libro los aburre, déjenlo, no lo lean porque es famoso, no lean un libro porque es moderno, no lean un libro porque es antiguo. Si un libro es tedioso para ustedes, déjenlo... ese libro no ha sido escrito para ustedes. No hay que caer en la tristeza de las bibliografías, de las citas de Fulano y luego un paréntesis, luego dos fechas separadas por un guión, y luego una lista de libros críticos que han escrito sobre ese autor. 

Todo eso es una desdicha, yo nunca les di una bibliografía a mis alumnos. Les dije que no lean nada de lo que se ha escrito sobre Fulano de Tal. Shakespeare no leyó una sola línea escribió sobre él y escribió la obra de Shakespeare. Si Shakespeare les interesa, está bien. Si les resulta tedioso, déjenlo. Shakespeare no ha escrito aún para ustedes. Llegará un día que Shakespeare será digno de ustedes y ustedes serán dignos de Shakespeare, pero mientras tanto no hay que apresurar las cosas. 

Yo he tomado examen durante veinte años en la Facultad de Filosofía y Letras y tengo un orgullo, uno de los pocos de mi vida: no hice jamás una pregunta. Yo solía decirle a mis estudiantes: háblenos, por ejemplo, del doctor Samuel Johnson, háblenos de la poesía anglosajona, háblenos de Shakespeare, háblenos de Oscar Wilde, háblenos de Shaw, y hablen, ustedes digan lo que piensan, yo prometo no interrumpirlos, prometo no preguntarles ni una sola fecha, pues yo mismo no las sé... De modo que ustedes hablen si es que les interesa el tema. Y dieron excelentes exámenes así. Yo veo profesores muy torpes que hacen preguntas porque no saben tomar examen. Yo creo saber tomar examen, porque dejo que el estudiante hable sin molestarlo con preguntas"

Jorge Luis Borges

08 agosto 2016

Jorge Luis Borges y los diarios


"Los diarios tiene que dar noticias cuyo valor juzgan nulo. Por ejemplo: ¿para qué se comunica que un gobernante va de un país a otro? Es una noticia tan boba que no debería darse" 
Jorge Luis Borges
(Diario La Nación, 6 de agosto de 1972)

04 mayo 2016

Ernesto Sábato aún molesta a cinco años de su muerte

FOTO DE SABATO TOMADA POR EL
COMPAÑERO Y AMIGO EDUARDO LONGONI
Por Humberto Acciarressi

Hubo una época de la Argentina en el que estuvo de moda criticar a Borges, no por sus opiniones políticas (a la luz de la historia mucho más sabias que la de sus detractores) sino por su literatura. Lo bueno de tener algunos años más que otros es que sirve para verificar quién queda y a quién se lo traga el olvido. Casi no recuerdo a nadie de quienes tenían hacia él ese entusiasmo parricida adolescente que también afectó a Julio Cortázar, a partir de las críticas por vivir en Paris que recibió en una revista célebre. Obviamente el recordado es Borges, que en la actualidad apenas es criticado por algunos bobos con corbata que se hacen los punks o posan de originales en un ámbito donde la originalidad está reservada a pocos. Un caso similar ocurrió con Manuel Puig, con Sara Gallardo, con Héctor Murena, con Mujica Lainez, con Marechal, con Marco Denevi y otros grandes escritores argentinos que no gozaron, como algunos semianalfabetos, de la gracia de ser considerados "de culto"(se llama "de culto" a todo eso que cuando pasa de moda es olvidado por aquellos que "lo cultivaban").

Ernesto Sábato, de cuya muerte se cumplen cinco años, se pasó las últimas etapas de su centenaria vida padeciendo esa misma injusticia. Con todas las críticas que se le pudieron hacer - como en el caso de Borges en materia literaria y política- fue un peso pesado de las letras argentinas, de esos que le están haciendo falta a nuestro país, abundante en cantidad y bastante pobre en calidad. En su escasa obra literaria sólo se contabilizan tres novelas: “El túnel” (1948), “Sobre héroes y tumbas” (1961) y “Abaddón el exterminador” (1974). La primera, más cercana a lo que los franceses llaman una nouvelle, en la que Sábato supo combinar la intensidad del cuento y el desarrollo del relato. El libro por el que será recordado fue "Sobre héroes y tumbas", una obra que parece esas mamushkas que encierran una muñeca dentro de otra, incluso cuando ya no es posible. La tragedia de Alejandra y de su padre, Fernando Vidal Olmos, deben verse además a la luz del Informe sobre Ciegos y del relato del viaje del cuerpo acribillado y muerto de Juan Lavalle, llevado en huida por los escasos soldados sobrevivientes de su ejército, con las lanzas rosistas quemándoles los talones.

Su "Abaddón..." es el equivalente a "El libro de Manuel" de Cortázar: novela demasiado panfletaria y bastante confusa, que nada tiene que ver con la anterior, de la que algunos quisieron ver una continuación. Decenas de libros de ensayos ("El escritor y sus fantasmas", "Uno y el universo", "La cultura en la encrucijada nacional", etc), completan una gran obra que posee ese nosequé de cuestión inconclusa que no desentona con su existencialismo visceral. En sus últimos años reinvindicaba la lucha no violenta, gandhiana, los movimientos de resistencia pacífica. Curiosamente, este hombre amargado, malhumorado, que abjuraba de la ciencia en la que se formó y entusiasta del poder de la locura de un Holderlin a orillas del río Neckar, no era un pesimista. Por eso expresaba que las utopías son futuras realidades. Borges no entendía cómo había dirigido la Conadep o trabajado en lo que la historia conoce como el Informe Sábato y que reúne los casos más siniestros cometidos durante la dictadura militar. El asunto con Sábato no es que no guste, sino que molesta. Y eso para algunos es grave.

(Publicado en el diario "La Razón" de Buenos Aires)

09 diciembre 2015

Las cadenas de mails como atentados a la cultura


Por Humberto Acciarressi

En líneas generales, por lo menos en lo que me atañe, cualquier correo que vaya dirigido a más de dos personas, en mis casillas personales van de cabeza a los spams. Lamentablemente no se puede hacer lo mismo en el profesional, por razones que excederían estas líneas (aunque algún día escribiremos sobre esta cuestión). Sin embargo, para vivir en sociedad, alguna concesión hay que hacer. Y en este sentido tengo "autorizados" dos o tres remitentes de esos que mandan fruta a diestra y siniestra. Así y todo no suelo leerlos, pero a veces el "asunto" me seduce y entro como un caballo. Días atrás, en el marco de las peleas electorales de nuestro país, me llegó un mail que por la fecha de origen viene dando vueltas desde hace un par de meses (aclaración: en lo que me concierne, mueren impiadosa e inevitablemente con mi tecla de "delete", mi arma preferida).

En los que se refieren a la política vernácula, los textos suelen ensañarse con la presidente saliente Cristina Fernández y el entrante Mauricio Macri. Y por cierto son de pésimo gusto. No por lo que dicen, sino por cómo lo dicen. Pero a veces se exceden. En el correo de marras hay un poema que se le atribuye a Federico García Lorca, que el poeta granadino no podría haber escrito ni para hacer un chiste. Se trata de ese que dice "mujer sin conciencia alguna, vacía de amor y afecto" y bla bla, bla. Pero concluyamos de una vez con esta farsa: no hay, en toda la obra teatral, poética, periodística e incluso en sus monumentales conferencias matizadas con gracia andaluza, ningún poema que siquiera se parezca al pomposamente titulado "La dama de negro". Obviamente, en el imaginario de los que hacen correr estas cadenas, fue "un vaticinio" de Lorca sobre la saliente presidente argentina. Un dislate detrás de otro.

La cuestión no es nueva. Al margen de las avivadas que no hacen otra cosa que sembrar mentiras literarias, el asunto ha tocado a grandes escritores. Todavía hay gente que cree que la detestable poesía titulada "Instantes" le pertenece a Jorge Luis Borges, ya que hasta se han hecho tarjetas navideñas, afiches y otras paparruchadas con ese engendro. Naturalmente sólo alguien que vaya a contramano de la cultura puede creer que uno de los principales autores en lengua castellana desde el Siglo de Oro español haya escrito "Si pudiera vivir nuevamente mi vida / comería más helados y menos habas". Si no fuera un atentado a la cultura sería un buen chiste del repertorio de Capusotto. También sospechar que de la imaginación de García Márquez pueda haber salido el poema (de alguna forma hay que llamarlo) titulado "La marioneta", es desconocer su obra. Nadie que haya leído sólo dos libros en toda su vida puede creer que sea de Gabo esa porquería que reza: "entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz".

Es verdad que no todos tienen por qué conocer la obra completa de cada escritor, pero hay cosas elementales. A nadie se le ocurriría atribuirle a T.S.Eliot una de las perogrulladas de Paulo Coelho, o un aforismo del ya justamente olvidado José Narosky a Ludwig Wittgenstein o a Nietzsche, por mencionar dos intelectuales que cultivaron el género. También es cierto que muchas cosas son falsamente atribuidas (por ejemplo el "primero se llevaron a los comunistas pero yo no dije nada porque no era comunista...etc, etc", a Bertold Bretch) desde mucho tiempo antes de la existencia de internet, y en consecuencia de las redes sociales y de los spams. Pero estos, especialmente esas insoportables cadenas, van creando una falsa realidad que utiliza el nombre de grandes intelectuales como caballos de Troya. El poema trucho de García Lorca es una de las más recientes estupideces que andan circulando. Si Antonio Machado escribió "El crimen fue en Granada" en referencia al asesinato del poeta, podríamos decir -sin atribuírselo a nadie- que la metralla que lo mató en un paraje de su pueblo, hoy circula en los correos basura con otro formato.

(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)

10 noviembre 2015

Borges y sus celos por Buenos Aires


"Siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que les guste a otras personas. Es un amor así, celoso. Cuando yo he estado fuera del país, por ejemplo en los Estados Unidos, y alguien dijo de visitar América del Sur, le he incitado a conocer Colombia, por ejemplo, o le recomiendo Montevideo. Buenos Aires, no. Es una ciudad demasiado gris, demasiado grande, triste les digo, pero eso lo hago porque me parece que los otros no tienen derecho de que les guste"

Jorge Luis Borges