31 enero 2011

Horacio Cardo: el testigo ocular



Por Humberto Acciarressi

La ilustración, ninguneada desde siempre por los académicos y los solemnes, es una de las artes más populares. Su utilización en publicidades, en medios de comunicación, en afiches callejeros, la convierten en lo opuesto a una estética elitista. Este insólito fenómeno no es nuevo y, contra esta injusticia, seguramente perdurará. Sin embargo, miles de críticos quisieran fundir la ilustración con las artes plásticas como lo hacen los verdaderos ilustradores. En este sentido, hasta el 13 de febrero, en el hermoso Museo de Arte Juan Carlos Castagnino de Mar del Plata, puede visitarse la muestra "Testigo ocular", título debido a la actividad de un cronista visual de esta época: Horacio Cardo.

La mano manchada de pintura y el ojo en la palma que es un poco el símbolo de la muestra, consignan que sus ilustraciones van más alla de lo que ilustran. Esa no es una tarea fácil. Muy por el contrario, son pocos lo que lo logran. En este sentido, en la subjetividad y la mano del ilustrador, está su genio. Ese que determina que, alejados de los artículos o textos que acompañaron la figura, y ya pasado el tiempo, las imágenes no pierdan valor alguno. Se trata de obras que viven más alla de su cometido inicial, en un tiempo dónde la llamada actualidad es efímera y extremadamente olvidada. Los trabajos de Cardo (nacido en Temperley, provincia de Buenos Aires, en 1944) movilizan lo racional y los sentidos.

Sobre una de sus obras, "Héroes" -un militar con calaveras como condecoraciones- el autor dice: "El siglo veinte ha sido el más sangriento de la historia: 111 millones de personas muertas en conflictos armados, diez por ciento de los cuales corresponden a militares y noventa por ciento a civiles. Si no quiere convertirse en una víctima de la próxima guerra, enrólese en el ejército". Esa idea fue utilizada para el afiche que acompañó a una manifestación en la Plaza de Mayo pidiendo por los desaparecidos; posteriormente reeditada por infinidad de publicaciones.


Horacio Cardo es colaborador regular del New York Times y de Clarín, aunque sus trabajos aparecen en los medios más prestigiosos del mundo, desde el Washington Post a Le Monde, desde Los Angeles Times a The New Yorker. Ilustrador de infinidad de tapas de libros (siendo adolescente le puso imágenes al hoy casi inhallable El Compadrito, de Jorge Luis Borges y Silvina Bullrich). Se trata, además, del único ilustrador postulado para el Pulitzer. El resto son palabras que sólo retrasan el impostergable recorrido por la obra de este gran ilustrador.

(Publicado en La Razón, de Buenos Aires)