"Someterlos a la vergüenza pública en Facebook". Palabras más, palabras menos, eso es lo que quieren las autoridades de Huntington Beach (meca de surfistas y con un bar cada tres metros), una de las ciudades de California que registra más ebrios al volante. Y más accidentes. Curiosamente, la propuesta -llevada adelante por un concejal oficialista- encuentra resistencias en la policía, que sería la encargada de subir a Facebook las fotos de los beodos. Sin embargo la queja de los uniformados no viene por ese lado, sino porque aseguran que "eso es una violación de la intimidad" y que "no servirá para disuadir a los borrachos consuetudinarios".
La verdad es que esta ciudad de doscientos mil habitantes tiene una altísima cantidad de muertos por accidentes provocados por un borrachín al volante, sin contar los centenares que son atrapados en los controles antes de matar y matarse ellos. Randall Bertz, un abogado y ex policía, no ignora estos datos pero dice que escrachar a los curdas en Facebook "tendrá un impacto negativo sobre las relaciones entre los vecinos, la policía y la municipalidad". Y lanza preguntas que hablan a las claras de la idiosincracia de una sociedad: "¿Cuál es el próximo paso?, ¿obligar a los borrachos a andar con carteles?, ¿flagelarlos en público?". Algunos dicen que el gran negocio de esa ciudad es justamente la bebida. Y por lo que se cuenta, primero vienen los bares y en segundo término las empresas de pompas fúnebres. Una ciudad feliz.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)