A esta altura del partido parece una aberración similar a los dibujos de caras de Lombroso, pero lamentablemente es real. La semana pasada salió a la luz un estudio de la Fundación Heritage, grupo de estudio conservador en lo político, con sede en Washington. En el mismo se afirma, taxativamente, que latinos y negros son inferiores en todas las órbitas de lo intelectual y la inteligencia, a los blancos y los asiáticos.
El autor de este desatino medieval es un tal Jason Richwine, quien renunció como analista de políticas públicas de la fundación, debido al escándalo que se armó. Para colmo se encerró en la casa y rehúye todo contacto con la prensa. Cabe aclarar que este mono con navaja dejó el cargo ya que que el Washington Post reveló que años atrás, había escrito su tesis doctoral sobre la relación entre el coeficiente intelectual y las políticas de inmigración. Obviamente contraria a que ingrese alguien en los Estados Unidos. Un nazi con todas las letras, al que sólo le falta la cruz gamada tatuada en la frente como en "Bastardos sin gloria".
En uno de sus tramos más inquietantes, aplica incluso la idea nazi de "los que pueden ser utiles para algo" y "los que van directo a los hornos crematorios". La misma es la siguiente: "La selección de los inmigrantes de alto coeficiente intelectual podría mejorar los problemas de falta de asimilación socioeconómica de los inmigrantes de menor CI. Y elegir a los primeros".
Cabe recordar a quienes no lo recuerdan, que el concepto de hispano o latino es una construcción generada en Estados Unidos, que obviamente no equivale a una raza, sino que es mucho más amplia. De hecho, la Oficina del Censo utiliza los términos para referirse a "una persona de origen cubano, mexicano, portorriqueño, centro o sudamericano o de otra cultura u origen español, independientemente de su raza". Más claro echale agua.
La única ventaja de este dislate es que volvió a poner sobre el tapete la validez del test de CI "¿Mide inteligencia o más bien mide la capacidad de responder bien a ese test? Y si mide inteligencia, ¿qué tipo de inteligencia es?", se pregunta el escritor venezolano Moisés Naím. Pero ya lo dijimos: una discusión bizantina grata a los conservadores.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)