11 mayo 2011

Si hoy estás en Roma, andate urgente


Por Humberto Acciarressi

Rafael Bendandi, que había nacido en Faenza en 1893 y murió en 1979, fue un italiano muy controvertido. A nadie le gusta que les den malas noticias y este tipo era un especialista en ese menester. Lo llamaban "El hombre de los terremotos", porque allá por la década del veinte vaticinó algunos (y acertó) basándose en una teoría propia: la Teoría Bendandiana. En líneas generales y leyendo algunas cosas, estamos en condiciones de afirmar que era una chanta. Pero lo cierto es que hoy -entendiste bien: no dentro de un siglo, una semana, diez días. No: hoy- es 11 de mayo del 2011. Sí, ya sé, tenés todo el derecho de preguntarme ¿y con eso qué?

Pues Bendandi, cuando murió, dejó unas carpetas que aparecieron quemadas y entre los papeles que lograron salvarse figuraban dos predicciones. La primera, un terremoto para hoy, en Roma, por el cual desaparecerá el Coliseo, la Cúpula de San Pedro y otros monumentos históricos y no tanto. El segundo vaticinio ya es de magnitud planetaria y de intensidad apocalíptica, y fue calculado para el 5 o 6 de abril de 2012. Ese ya nos interesa a todos y no sólo a los romanos, que padecen lo que en Italia se denomina "el síndrome del 11 de mayo" y que está causando un pánico inusitado. Por ejemplo, Defensa Civil no da abasto a los llamados de gente desesperada, otros huyeron de Roma por un día, un 20% más de empleados públicos se tomó vacaciones con respecto al año anterior, miles de chicos no asisten a las escuelas.

Dicho de otra forma y contrariando el dicho popular, todos los caminos no conducen a Roma, sino afuera de la ciudad de Rómulo y Remo. ¿Qué sucede realmente? Que más alla del caradurismo del Nostradamus tano, el miedo no es zonzo. Y los romanos lo entienden así. Ahora bien: si por esas casualidades un terremoto destruye Roma en la jornada de hoy, será cuestión de ir preparando un arca espacial para tenerla lista antes de abril del 2012. Obviamente, como promotor de la idea, lo lógico sería que yo estuviera entre los pasajeros siderales.

(Publicado en la columna "El click del editor" de La Razón, de Buenos Aires)