21 mayo 2011

El tipo que comió 25 mil hamburguesas


Por Humberto Acciarressi

Todo el mundo está hablando del sujeto que acaba de romper un record al comer su hamburguesa número 25 mil. Pero este freak no salió de un repollo, ni es un invento de la cadena McDonald´s o un extra de Hollywood sin laburo haciendo una cámara sorpresa para un Tinelli yanqui. No, para nada. Este pintoresco personaje que come un promedio de dos hamburguesas completas por día, se llama Gorske, tiene 57 años y nació en Wisconsin. El hombre, además de un demente sin diagnóstico, es un sentimental: recuerda el día en que comió su primera hamburguesa. Y pensar que hay tipos que no recuerdan la fecha de su casamiento o de los cumpleaños de los hijos. Pues bien: el 17 de mayo de 1972, Gorske se engulló la primera. En las horas siguientes se comió ocho más. La locura ya había puesto primera.

Lo llamativo es que no tiene problemas de colesterol u otras enfermedades vinculadas a la alimentación, aunque los cálculos más optimistas registran que lleva consumidos 13.5 millones de calorías y 725.000 gramos de grasa. Este Homero Simpson de la vida real consigna minuciosamente todo lo que hace. En sólo ocho días de los últimos 39 años no comió hamburguesas (uno de ellos fue cuando murió su madre), guarda todos los recibos de compra en cajas de cartón y anota en cuadernos la hora y el lugar en los que devoró los sandwiches. También confiesa que nunca consumió las papas que acompañan el plato y los cálculos indican que ha tomado más de 200 mil gaseosas durante su enfermizo ritual.

Es natural que cualquiera se pregunte si, además de eso, el pintoresco hombre hace algo más en su vida. Pues sí. Está casado con una mujer a la que se le declaró...¡en el local dónde comió su hamburguesa número 23 mil!. Si uno googlea en busca de su foto, se encontrará con un hombre flaco, con flequillo a lo Balá y anteojos estilo Lennon. Si revisa su freezer, siempre habrá una hamburguesa por si ocurriera un desastre natural. Y en los viajes lleva dos en la mochila. Un loco.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)