Que la ropa interior no se vea. Esa es la premisa en
la ciudad norteamericana Opa-Locka, donde el ayuntamiento prohibió el uso de pantalones caídos por parte de las mujeres. A partir de ahora, aquellas que se movilicen por la calle con los pantalones caídos o se les vea la bombacha, serán multadas con hasta 500 dólares o 25 horas de servicio comunitario. En Opa-Locka, ciudad de unos 15.000 habitantes, ya estaba prohibido desde 2007 que los hombres se dejen caer los pantalones por debajo de la cintura y exhiban la ropa interior en lugares públicos. La nueva ampliación de la ordenanza fue impulsada por la comisionada Dorothy Johnson, quien dijo al Miami Herald que
"sentía que algunas mujeres en la ciudad deben mejorar su imagen". Una estúpida por dónde se la mire y con todas las letras.