Por Humberto Acciarressi
Todos los días, las páginas de ciencia de los diarios del mundo nos informan del descubrimiento de especies desconocidas hasta el momento. Por ejemplo, ayer dieron cuenta del tuátara, reptil de Nueva Zelanda que serrucha sus presas con sus maxilares; de un roedor del norte europeo que utiliza sus bigotes para trepar a los árboles; o de un super ratón que, de acuerdo a un nuevo estudio, se ha vuelto inmune a los venenos más potentes. Y esto por mencionar sólo algunos casos.
Pero entre las novedades del reino animal se destaca una rana, llamada Diasporus Citrinobapheus, de apenas dos centímetros. Tiene el tamaño ideal para pisarla si te cruzás con una o de correr si tuviera varios metros de altura, dado que es sencillamente repugnante. Es de color amarillo "asco" y tiene una particularidad que la ciencia aún no sabe desentrañar: si la tocás te mancha los dedos, te los tiñe, te los pinta. Como además es medio gelatinosa, está a medio camino entre el asombro y el vómito.
Este bicho fue descubierto hace apenas dos años en las montañas de Panamá y lo que se ha podido descubrir hasta ahora es que la pintura con la que te mancha sale fácilmente. La ciencia, que en este sentido es poco práctica, deduce que esta manía de pintarte no es un mecanismo de defensa, ya que de otro modo sería mucho más grave en sus consecuencias. Y hasta ahora no se han producido mutaciones al estilo del increíble Hulk entre los coloreados por agarrar un ejemplar.
Nosotros somos más pragmáticos. Si la pintura de la rana sale tan fácilmente, hay que deducir que es una "rana al agua" y no "una rana al látex". Esto, sin duda, la hace menos sucia si alguien quiere encontrarle alguna utilidad y la utiliza para pintar su casa. La atás a un palo, caminás hasta la habitación que querés pintar de amarillo, y comenzás a pasarla como a un rodillo por las paredes. Previamente, según las reglas del arte, será necesario el enduido. Y acordate: si no está en el catálogo de pinturas, en Panamá se consiguen.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)