Por Humberto Acciarressi
La ciencia nos sigue sorprendiendo y los paradigmas caen como castillos de arena sometidos a un tsunami. Ahora dicen -enunciado antológico- que la interpretación de beber dos litros de líquido por día para cuidar la salud ha sido malinterpretada. Es decir, "líquido" no es "agua", y mucho menos "agua envasada". No lo tomen a mal, pero siempre lo sospeché. Los ocho vasos que hacen dos litros pueden ser de café, té, jugos, gaseosas, vino, y si me corrés, las más fuertes bebidas blancas. Lo dice la ciencia.
Hay una frase de uno de quienes trabajaron en este estudio que es muy oportuna: "Hoy día, las botellas de plástico con agua envasada parecen accesorios de moda". Yo agregaría que no parecen: son. He visto personas que no se conocen entre sí, saludarse con un guiño de secta cuando se marcan entre ellos llevando una de esas botellitas. Y en ese gesto está resumida una idea: "¿Viste los enfermos que nos rodean?". Muchachos, los que están de la cucuza son ustedes.
Claro que no deberían irse para el otro lado. Mamarse con dos, tres, cuatro o cinco litros de vino por día no debe ser nada bueno para la salud, a menos que estés experimentando con vías a una mutación. Pero como diría Roberto Arlt, "atenti ñata". Con el agua embotellada sólo ganan las marcas y si alguien se siente ofendido que viaje a Melbourne y pida una entrevista con el Departamento de Dietética y Nutrición Humana de la Universidad de La Trobe.
¿Querés más datos? Los científicos dicen que la industria nos ha hecho creer que beber agua ayuda a perder peso. Dicho en criollo, millones de gordos se la pasan tomando agua y lo único que logran es que esta se diluya en la orina. Uno de los expertos lo sintetiza asi: "Estamos bebiendo demasiada agua". Ojo que otros estudios anteriores señalan lo mismo. La cosa no es nueva. Así que ya sabés. Tomá toda el agua que quieras, pero tené en cuenta que lo hacés por amor al arte. Y cualquier cosa consultá a tu médico.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)