Hace poco les había ido muy mal con Estudiantes en una historia similar, cuando los xeneizes perdieron los últimos dos partidos de un campeonato (Con Belgrano 1 a 0 y con Lanús 2 a 1) cuando apenas necesitaban un punto para ganarlo. Mientras, Estudiantes, al que todos daban por muerto, ganó y forzó una final. En la previa, los bosteros no se cansaron de hablar y hablar, hasta que el Pincha -a la hora de los papeles- lo venció en el partido desempate 2 a 1 y se quedó con el torneo. Tres derrotas consecutivas y una arrugada histórica.
Hace unas semanas, Boca encabezaba la tabla del Clausura. Empató con el descendido Banfield y después jugó en la Bombonera con Arsenal. Los locales hablaron tanto que parecían todos egresados del ISER. Pero el equipo del Viaducto lo goleó sin atenuantes 3 a 0 y hasta pudo hacer más. En la última fecha, se enfrentó a All Boys, al que en el partido anterior le habían expulsado al arquero y a tres defensores. Todos claves en el equipo con menos goles en contra del torneo. Sin embargo, en Floresta, el Albo volvió a hacerle tres goles a Boca, que apenas cosechó un punto sobre nueve en juego, mientras Arsenal daba la vuelta olímpica. Para resumir las cosas, los bosteros volvieron a quedarse lejos del tricampeonato. Una cosa es clara. Estos muchachos no aprenden más. Ni siquiera a no festejar a cuenta.