Las subastas de todo tipo suelen dar sorpresas alucinantes. Si alguien dijera que está dispuesto a pagar por un auto la suma de un millón de dólares, asi sea en una reunión de ejecutivos en Puerto Madero, se reirían de él y la charla saltaría disparada hacia otro lado. Se sabe, por otro lado, que los coleccionistas son medios piantados y si tienen plata ni hablar. El asunto es que un Ferrari modelo 1962 acaba de ser subastado en... ¡¡¡ 35 millones de dólares!!! La eternidad no te alcanzaría para pagarlo.
Los fanáticos del automovilismo señalan que el auto, que lleva el número 3505, fue adquirido por Stirling Moss para correr las 24 horas de Le Mans de 1962, pero no pudo conducirlo porque sufrió un accidente antes de la carrera. También añaden que de este modelo 3250 GTO sólo se construyeron 39 unidades, que de ellas queda una docena, que fue pintado verde manzana -color que aún conserva-, y que hasta el 2000 había tenido ocho dueños. Nadie, sin embargo, informó donde está escondido el oro. Porque naturalmente hay gato encerrado.
Gastar 35 millones de dólares en un auto que no viaja en el tiempo o a otra galaxia, puede parecer una exageración. De hecho, hasta que alguien lo supere, es el auto más caro de la historia. Pero, ¿quién está detrás de esta historia? Se llama Craig McCaw y hace poco puso, uno sobre otro, más de 400 millones de dólares para divorciarse de su mujer. Pero hay más: fue, en su momento, uno de los más caudalosos aportantes a la campaña de George W. Bush.
El tipo no se anda con chiquitas. Hace una semanas vendió una isla de su propiedad en la Columbia Británica canadiense, con mansiones, varias playas y otros chiches, porque se había aburrido de ella. Frente a esto, lo que nos había sorprendido al principio de estas líneas, es decir la compra del auto en 35 palos verdes, son caramelos adquiridos al pasar en el kiosko de la esquina. Y además con una ventaja: este afortunado no tiene a la AFIP controlándole sus ahorros.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
CRAIG McCAW |