22 junio 2011

Venganza, el lema de Hugh Hefner


Por Humberto Acciarressi

Pocos hombres en el mundo deben haber salido con más mujeres que el dueño de Playboy, Hugh Hefner. Pocos más envidiados que él y pocos los más deseados (sea el motivo que sea) por las chicas. Las bellas de Playboy no son el ideal de los habitantes de los pueblos latinos, yo entre ellos, pero no se puede negar que están buenas. El asunto es que Hefner se iba a casar el sábado con la conejita Crystal Harris, 61 años menor que el magnate de la prensa mundial. Sin embargo la fiesta no sólo se le arruina a los pobres.

La chica lo dejó plantado. En su cuenta de Twitter, Hefner se limitó a escribir: "No habrá boda. Crystal tuvo un cambio en su corazón". Como poeta, malísimo. Lo más sabroso es que no sólo estaban listos los invitados, la fiesta, los regalos, la prensa y tantas cosas más. No. También, de la edición de julio, ya se había impreso la tapa de la revista protagonizada por la novia, sólo con corpiño y con accesorios como una casi invisible bata roja, un gorro de marinero y una pipa. Ahhh, además un perro. Y el título: "Introduciendo a la señora Crystal Hefner". Por cuestiones de dinero -en esos casos valen más que cualquier cosa- la revista tendrá esa tapa. Pero Hefner, que además de millonario está muy despechado, resolvió dar vuelta la tortilla.

En la portada de Playboy, el Otello de la prensa contemporánea le agregó un adhesivo gigante que cubre una buena parte del cuerpo de Crystal. Y en él se lee: "Novia fugitiva en esta edición". Y, una vez más, cual Graciela Alfano, usó su cuenta de Twitter para dirigirse a los lectores: "Recientes eventos hacen necesario un sticker especial en la portada de julio. Buscala en tu quiosco". Está visto que para los yanquis, "business are business" (negocios son negocios). Y el llanto, por lo menos en el caso de Hefner, lo deja para entrecasa, de acuerdo a sus amigos más íntimos. Los millonarios pueden darse esos gustitos. Hay algo claro: todos hicieron negocio, naturalmente hablando en dólares. Incluso la chica. Decirle que "no" a Hefner no es poca cosa en este mundo mediático.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)