Por Humberto Acciarressi
Los hinchas de River estamos atravesando un momento muy especial: el equipo que ha ganado más campeonatos de futbol argentino, que tiene al goleador de todos los tiempos -Angel Labruna-, y que posee el único Monumental que hace honor a ese nombre, ahora tendrá que jugar, por lo menos una temporada, en la “B” Nacional. Tan grande es River que el domingo, y muy seriamente, yo decía que había concluido el único siglo de la humanidad de ciento diez años (los de la historia del “millonario”). Pero el futbol es así: campeón de campeones, copas americanas y del mundo, ahora jugará en canchas que parecen pistas de carreras cuadreras.
Aclaro que no me importa que el Milan, la Roma y la Juventus hayan descendido (el primero dos veces). O que igual suerte hayan corrido Palmeiras, Gremio y el Fluminense en Brasil; el Atlético de Madrid o el Valencia español, u otro monstruo del fútbol mundial, el Manchester United. No duele menos porque los verdaderos grandes del mundo se hayan ido a la “B” alguna vez. Sí de la forma en que ocurrió. En un portal se comentaba que nunca el descenso de un grande inspiró tantas palabras en el planeta, y desplazó asuntos de relevancia internacional.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
Aclaro que no me importa que el Milan, la Roma y la Juventus hayan descendido (el primero dos veces). O que igual suerte hayan corrido Palmeiras, Gremio y el Fluminense en Brasil; el Atlético de Madrid o el Valencia español, u otro monstruo del fútbol mundial, el Manchester United. No duele menos porque los verdaderos grandes del mundo se hayan ido a la “B” alguna vez. Sí de la forma en que ocurrió. En un portal se comentaba que nunca el descenso de un grande inspiró tantas palabras en el planeta, y desplazó asuntos de relevancia internacional.
Pero todo esto, en medio de la tristeza de medio país, para River es un apenas un desafío. Y cada paso que dé, tendrá que ser pensado racionalmente y llevado a la práctica con el corazón. Hay quienes dicen que exagero cuando digo que River en la “B” Nacional es el equivalente a la caída del imperio Romano, al Renacimiento, a la Revolución Francesa o la Industrial, la caída del Muro de Berlín o la llegada del hombre a la Luna. Todo gran director tiene una mala película, si es escritor un mal libro, si es San Martín su Cancha Rayada. Lo que nunca se pierde es la grandeza. Estar bajoneado, sentir por momentos que el mundo carece de sentido, es normal. A un compañero de trabajo, del millo como yo, el hermanito le preguntó: “¿Y ahora?”. El contestó: “¿Viste que en el colegio está la más atractiva? Bueno. Esto es así. Este año no estará”.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)