Hace casi cinco años - abril del 2008- la presidente Cristina Kirchner criticó en la plaza pública a Hermenegildo Sábat, quien la había dibujado con un parche en la boca. La mandataria, bien lejos de Sarmiento -quien se enojaba con los dibujantes de "El Mosquito" cuando no lo criticaban-, trató a este artista impar de mandar "un mensaje cuasimafioso". Una diferencia casi inevitable entre el autor del "Facundo" y la empresaria patagónica en ejercicio de la presidencia de la Nación.
Hace un par de años, este seudo pensador advertía sobre el artista: "Ya nos vamos a ocupar de él". Ahora, el comisario político dice que el Menchi piense lo que quiera "pero que no lo dibuje", en alusión a otra obra ¿Quién le da letra a este xenófobo que descalifica a uruguayos y mexicanos por igual? El espacio nos salva de escribir los suculentos e interminables bodrios de Feinmann. Baste sañalar que cuando pase el tiempo y sus pavadas fascistoides no las recuerde nadie, el arte de Sábat permanecerá más vigente que nunca. La historia, en esto, es implacable.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)