Ayer, sin que sucediera nada extraordinario en el planeta, como por ejemplo el inicio de la Guerra de los Mundos, algunos seres pintorescos celebraron el Día Internacional del Extraterrestre. Conozco gente que, si trabajó, debería cobrar doble, pero eso no viene al caso. Lo cierto es que la idea provino de un viejo habitué de esta columna, el autodenominado "investigador de lo paranormal" Reinaldo Ríos, quien no hace mucho convocó a una cacería de vampiros y zombies.
Lo curioso es que el sujeto es seguido por gran cantidad de gente, lo cual lo convierte en un tipo peligroso. Por lo pronto, Ríos ya descartó el cataclismo del calendario maya, aunque sostiene -se ignora en base a qué dislates de su enturbiado cerebro- que la oportunidad será aprovechada por los seres de otros planetas para comunicarse con nosotros, los terráqueos..
Pero como siempre hay gente más papista que el Papa, en algunos puntos del globo se ha extendido el Día del Extraterrestre a la Semana del Extraterrestre. En estos casos se alarga el plazo que tienen los ET para ponerse en contacto con las pobres bestias que habitamos la Tierra. Nadie, sin embargo, explica si le avisaron a los habitantes de Ganímedes, Marte, Plutón y compañía, que acá se celebra su día y eventualmente su semana. No sea cosa que alguno medio chinchudo y con armas que te convierten en polen, se enoje porque no le compramos algún regalito.
En el medio de tanta bizarrada hay un dato que tengo la obligación de no obviar: el 5 de diciembre, es decir el Día Internacional del Extraterrestre, es además el mismo en el que cumple años Reinaldo Ríos. Obviamente estamos en presencia de uno de los caraduras más extraordinarios de la galaxia. De todas formas, el tipo asegura que la fecha es para conmemorar la inauguración, hace siete años, de la Ruta Extraterrestre, en Lajas, Puerto Rico. Parece que es una especie de Cerro Uritorco del estado antillano. Hay gente que requiere urgente atención psiquiátrica.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
