Mark Wayne Williams tiene dos características fundamentales: se apellida como uno de los superhéroes más famosos de la historia y es un idiota. Y ambas cosas se juntaron e hicieron explosión en Michigan, Estados Unidos. El asunto es que la policía estaba investigando un accidente vial, centrada en localizar al conductor. En eso se encontraban cuando se les apareció un tipo disfrazado de Batman. La presentación del hombre murciélago fue de buena voluntad: "Vengo a ayudar y si quieren dejen todo en mis manos", dijo. Por supuesto la policía le agradeció y le pidió que se marchara, pero Wayne -pues de él se trataba- se puso terco. "De ninguna manera. Tengo que cumplir mis obligaciones con la sociedad", insistió el falso Batman.
Los uniformados incautaron el traje de Batman y Mark fue llevado a la comisaría. Acusado de resistencia a la autoridad y obstrucción, fue excarcelado luego de depositar una fianza. Ahora tiene que presentarse ante el juez el 18 de octubre.
Lo más loco es que este estúpido había sido detenido el año pasado, cuando unos vecinos denunciaron la presencia de Batman que se paseaba por los tejados. Al concurrir la policía -y no enviada por el jefe Gordon, que en ese momento estaría al frente de los uniformados de la fantasiosa Ciudad Gótica- se encontraron con el murciélago en los techos. En una bolsa tenía un bastón, un aerosol irritante y un par de guantes rellenos de arena. Por ese asunto fue condenado a seis meses de libertad condicional y se le prohibió disfrazarse. Y ahora vuelven a agarrarlo. Salvo en la versión de Tim Burton, Batman siempre fue medio tarado. Pero este imitador le gana por varios cuerpos.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)