26 julio 2012

Peligra el Hombre Cabra en época de caza

UNICA FOTO QUE EXISTE DEL HOMBRE CABRA
Por Humberto Acciarressi

Este dislate consta de dos partes, unidas entre sí por el delirante y fino cordón de lo bizarro. En primer término te cuento que desde hace tiempo, en las montañas de Utah, Estados Unidos, un hombre vestido de cabra se esconde entre los rebaños, camina en cuatro patas, come plantas silvestres y otras repugnancias, al punto que uno no alcanza a imaginar cómo no está internado. En realidad, el hombre no es peligroso como puede serlo un personaje de la serie Grimm. De hecho no hace nada ilegal, ya que no está prohibido vestirse de cabra y regodearse con otros animales, sea en las montañas, en las praderas o en las llanuras yanquis.

Hasta acá todo bien... o mejor dicho, todo mal, ya que aunque no sea un hombre lobo, nadie sabe cómo puede reaccionar un tipo que anda disfrazado de cabra entre otros animales. Pero esto es apenas la primera parte de nuestra historia. La segunda etapa es casi tan -o más- bizarra que la anterior. En estos días comienza la temporada de caza en la región por donde pasta el hombre cabra. Centenares de personas salen con sus rifles y comienzan a los tiros contra animales grandes o bichos que se les pongan en la mira. En medio de este acontecimiento anual, alguien se hizo la pregunta: "¿Y qué pasará con el hombre cabra?". Silencio total.

"El peligro es que no esté consciente del peligro. Cualquiera puede dispararle", manifestó temeroso Phil Douglass, de la División de Recursos Silvestres de Utah. Mientras yo escribo esto y vos lo leés, hay mucha gente buscando al hombre cabra para tratar de hablar con él, y convencerlo del peligro real que una bala se le cruce en el camino y ni siquiera sirva para hacerlo a la parrilla. Aclaran las autoridades que hay amantes de la fauna silvestre que hacen cosas raras, pero jamás vieron un caso similar. Lo preocupante es que los testigos dicen que "es torpe, para nada ágil". Si lo encuentran antes de que le peguen un tiro, lo más natural sería que lo metan en un corral hasta que finalice la temporada de caza. Todo sea por su bien.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)