28 julio 2012

Guor Marial: el maratonista sin bandera


Por Humberto Acciarressi

El 9 de julio de 2011, Sudán del Sur declaró su independencia luego de más de veinte años de guerra y conflictos internos de pesadilla. Es, además de la nación más joven del planeta, un país de calamidades, con centenares de miles de habitantes asistidos por las Naciones Unidas (la Unión Europea acaba de aprobar una ayuda económica extra), campos de refugiados, cólera y malaria, malas cosechas, víctimas de una guerra especialmente sádica. Hay algo, sin embargo, en lo que los sursudaneses se destacan: los deportes. El 25 de mayo de este año, Sudán del Sur ingresó a la FIFA.

En ese joven país, cuando aún pertenecía a Sudán, nació el maratonista Guor Marial. Tiene 28 años, uno por cada familiar, incluyendo hermanos y hermanas, que murieron en circunstancias atroces durante la guerra civil. En la actualidad reside en los Estados Unidos, en Flagstaff, Arizona, pero antes de llegar alli pasó calamidades. Capturado siendo un niño, fue llevado a un campo de trabajo del que huyó a los 8 años. Sin saber que con el tiempo sería maratonista, el chico corría desaforadamente durante el día siguiendo el sol, y en las noches se acurrucaba en las cuevas para descansar y comer raíces silvestres. Así llegó a Egipto y más tarde a los EE.UU. "Antes odiaba correr, luego lo hice por necesidad, ahora amo hacerlo", cuenta entusiasmado.

Como el Comité Olímpico Internacional aún no reconoció a Sudán del Sur y no es ciudadano norteamericano, el joven correrá en Londres con la bandera olímpica, ya que se negó a hacerlo con la de Sudán. Hace tiempo que Marial no se considera ciudadano de ese país que le robó la familia, decenas de amigos y miles de compatriotas. Su padre vive donde ambos nacieron y Guor afirma que aún cuando no se le permita correr con la bandera de su joven patria, "la voz de Sudán del Sur será escuchada y el país podrá atraer la atención del mundo". En su cuarto de su casa de Arizona hay una foto de Muhamed Ali con una leyenda: "Nada es imposible". En su caso no quedan dudas.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)