25 julio 2012

Kissenger, para besarse por internet


Por Humberto Acciarressi

Como si faltaran cosas para distanciar aún más a la gente y contribuir a la "incomunicación" en tiempos de "comunicación masiva", un profesor de robótica de Singapur inventó el "kissenger". No Kissinger, el ex secretario de Estado norteamericano de Nixon en plena guerra de Vietnam, gestor de golpes de estado y genocida, lo que no pudo evitar que obtuviera el Nobel de la Paz (lo que habla de la "seriedad" del premio). Digo, no Kissinger sino kissenger, palabra compuesta por kiss (beso) y messenger (mensajero).

¿De qué se trata? Es un aparato con forma de cabeza plástica con grandes labios, que permite besar a otra persona vía internet. Ya sé que parece una estupidez, pero no prejuzguemos. Especialmente en un mundo donde hay gente que entretiene sus amores platónicos con muñecas/os de goma, le ponen nombres y hasta charlan con ellos.

Lo cierto es que el inventor, un onanista nato, se llama Hooman Samani y cuenta entusiasmado que esos labios de su invención -son de silicona- transmiten vibraciones de ida y vuelta. Dicho en criollo: vos tenés uno, tu chica tiene otro, están distanciados por el Atlántico, ambos besan esos cachos de plástico mirando la cámara y... no puedo parar de reirme. Imaginar la escena ya es bizarro; verlo ni hablar. O hacerlo. Claro que incrementará hasta límites insospechados la infidelidad, porque uno puede estar besando a varias personas a la vez, de acuerdo a la ventanita del chat en la que se encuentre. Según asegura el propio inventor, "cuestiones éticas" retardan su comercialización.

No me meto con la ética, pero digamos que con ese utensillo proclive a la suciedad (me refiero a los materiales que lo componen), pueden ocurrir varias cosas. Entre ellas la adicción. Sin embargo hay algo peor que todas las cosas que podamos imaginarnos con invento tan bizarro: que te termines enamorando de la cabeza con labios. Y alli si te quiero ver, cuando tu hermano/a, viejo/a, ande a los besos con ella. Los celos pueden ser terribles.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)

PAREJA DE ONANISTAS BESANDOSE CON EL KISSENGER