Hasta ahora se sospechaba que googlear (el verbo aún no está consignado en la RAE, pero el neologismo es el más usado del mundo) podía provocar las cosas más diversas, desde problemas en las manos hasta estupidez. Ignoro si hay estudios detrás de esas versiones o si se trata de leyendas urbanas. Ahora, sin embargo, la ciencia le entró sin asco al problema y ya tenemos los primeros datos. Googlear (los especialistas de la Universidad de Columbia, tan académicos ellos, le dicen "Efecto Google") afecta el uso de la memoria. Dicho en criollo, la confianza en poder encontrar un dato relaja el esfuerzo en recordarlo.
La conclusión parece tener cierto asidero con la realidad, aunque se desbarrancaría si quienes hicieron el estudio charlaran en un mano a mano con muchos googleadores. Algunos no pasarían el examen de los chimpancés de la NASA. No es que no recuerdan cuándo murió San Martín. Sencillamente ignoran quién fue. En realidad se basaron en un estudio de 25 años atrás, del que salió el concepto "memoria transactiva". Esto vendría a ser más o menos así: dos sujetos trabajan juntos y ambos se despreocupan de los conocimientos que maneja el otro.
Claro que un ser humano no es lo mismo que un buscador web, pero el procedimiento es el mismo. El googleador se pregunta: ¿para qué voy a retener cuál es la capital de Francia, si cuándo quiera saberlo lo pongo en Google y chau? Y así, poco a poco, el cerebro de los seres humanos (no su memoria) se va convirtiendo en un receptáculo de la nada ¿Cómo recordar lo que se ignora? No estaría mal tratar de memorizar algo más que un teclado, aunque es cierto que no se le pueden pedir peras al olmo. Vamos hacia un estado de cosas en donde "Funes el memorioso" no será un personaje de Borges, sino un monstruo odiado por todos los habitantes del planeta. Como en la novela "Soy leyenda". E incluso si uno se topara con un nuevo Borges, pero googleador, tal vez nos contara el título de su cuento más reciente: "Funes, el desmemoriado".
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)