Por Humberto Acciarressi
Desde tiempos inmemoriales, de los viejos cantares indios hasta Henry Miller, pasando por Casanova, el juego de la seducción siempre dio que hablar. También es cierto que no hay tácticas perfectas, como tampoco las hay totalmente inútiles. Hay, eso sí, estilos. Y hay quienes lo perfeccionan de acuerdo a los éxitos. En este juego donde todos quieren un pleno, no hay nadie del reino animal que esté ajeno. Aunque hay algunos que ni te cuento...
Un diminuto bicho de agua dulce llamado "Micronecta scholtzi", es -hasta donde creo- el más original. Para atraer a su chica, el bicho canta. Y es tan ruidoso que puede alcanzar los 99,2 decibeles. Como estar en primera fila mientras una orquesta toca a todo trapo. Pero eso no es nada. Lo espectacular es que canta con su... pene. Si. Leiste bien. Este bicho que no supera los dos milímetros es casi un exhibicionista. El seductor emite el canto frotando el órgano sexual contra su abdomen. Quienes lo investigaron dicen el ruido es similar a un tren.
Precisamente uno de los científicos manifestó que "el canto forma parte del ritual reproductivo". "Los machos compiten por las hembras. Intentan emitir la canción más ruidosa", señaló. Y James Windmill, ingeniero de la Universidad de Strathclyde que participó en el estudio, confesó que su sorpresa:creían que el sonido lo emitía un animal más grande. Parece que el ser humano está capacitado para oirlo, y si no lo hace es porque este Casanova vive bajo el agua, que atenúa los ruidos. En un mundo de seducción donde el grillo y la mantis compiten con gigantes como la ballena azul o el elefante, el ganador por lejos es "Micronecta scholtzi". Lo que no se aclara en ningún lado es si su técnica da resultado. Queremos creer que sí. Se lo merece.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)