La emblemática Catedral de San Basilio, en la Plaza Roja de Moscú, conmemoró su aniversario número 450. El zar Iván el Terrible fue el que ordenó su construcción, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Situada en uno de los extremos de la Plaza Roja, el edificio fue consagrado solemnemente el 12 de julio de 1561, tras 5 años de construcción. El proyecto de Iván el Terrible (1530-1584) habría pretendido glorificar su victoria sobre el Kanato de Kazán. De hecho, una de las leyendas dice que la catedral es una copia de una mezquita en Kazán que fue destruida por las trops zaristas, enfurecidas por la resistencia que ofrecieron los habitantes de la actual capital tártara.
Otra leyenda dice que el zar dejó ciego al arquitecto del templo ortodoxo, Póstnik Yákovlev, cuando se terminó la obra, para que no construyese nada que la superara en belleza. Acorde a los giros de la historia rusa, la catedral estuvo a punto de ser borrada del mapa en varias ocasiones a lo largo de los últimos 450 años. Por ejemplo, en el siglo XX, uno de los colaboradores más fieles a Stalin, Lázar Kaganóvich, le propuso al dictador soviético que diera la orden de destruir la iglesia. Por suerte eso no ocurrió.