En el momento de escribirse estas líneas para el diario La Razón, aún no se había suspendido la función en el Teatro Colón. Dónde dice "hoy" debe leerse "martes" y dónde se señala "mañana", obviamente, "miércoles". De todas formas, la cuestión de fondo es la misma.
Por Humberto Acciarressi
Los conciertos de Plácido Domingo en el Colón y en la 9 de Julio pueden realizarse o no, pero el papelón ya está hecho. Que uno de los grandes cantantes líricos de todos los tiempos se haya visto envuelto - según sus palabras- en un conflicto sindical y que los músicos se nieguen a acompañarlo si antes no arreglan con el poder político, es un dislate. Y sin embargo, como suele ocurrir con los grandes (aunque no con todos), su conferencia de prensa fue la de un artista con todas las letras. Expresó que si no se llega a un acuerdo se marchará "con tristeza por no poder cantar", que "los que sufren son los inocentes, el público" y trató de poner paños fríos porque lamenta realmente lo que ocurre. Vergüenza es lo menos que podemos sentir.
El también director de orquesta y compositor que abrió la temporada del Metropolitan Opera House en veintiún ocasiones (con lo cual dejó bien atrás a Enrico Caruso con cuatro), señaló que en su papel de mediador con los sindicatos no le fue bien. Aunque confía en que hoy se resuelva la crisis y mañana puede cantar en el Colón a las 19.30 y en la 9 de Julio a las 21.30 ¿Se entiende? Este artista impar, con muchos más méritos que decenas de mediocres que pululan por esta Argentina nuestra de cada día, fue como uno más a charlar con los músicos y no obtuvo la respuesta esperada. Lo que no impidió que más tarde los defendiera en su calidad de artistas. De a poco, la Argentina se convierte en el país de los grandes papelones.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)