Por Humberto Acciarressi
Ganó tres millones de pesos en el Quini. Desde el primer minuto de ayer, esta persona que hizo su apuesta el 9 de marzo en una agencia de San Juan, perdió ese dinero. No se presentó a cobrarlo. Se ignoran los motivos, aunque hay que descartar el robo, puesto que nadie fue por él. Sólo cabe elucubrar teorías, ya que en ningún lado está registrado el nombre de la persona, no se sabe si es hombre o mujer, joven o viejo, argentino o extranjero. Sí se intuye que no existe alguien con menos suerte que él, sea quien sea. Se pusieron pasacalles, carteles, hubo comunicados radiales, timbreo casa por casa y todo lo que te podés imaginar. Misterio y más misterio.
Lo lindo de esta historia es que se presentaron diez caraduras diciendo que habían jugado los números que combinados le otorgaron el premio al desconocido. Unos truchos con carné, que por supuesto no mostraron nada que verificara sus palabras. En tanto, el suspenso persiste ¿Ya será un caso para Detectives Forenses? Porque para no ir a cobrar tres millones de pesos hay que estar muerto o en estado vegetativo. Alguien me comenta que tal vez no le interesa la plata y yo le respondo que, entonces, ¿para qué jugó? Dicen en San Juan que quizás tiró la boleta sin darse cuenta y que ni siquiera sabe lo que le hubiera deparado el destino. Si es así, que los dioses no permitan que se entere. Tengo el presentimiento que este misterio quedará sin resolver. Y mejor así, ya que el premio no podrá cobrarlo. Ni siquiera si estuvo secuestrado.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)