21 marzo 2011

Murió el oso Knut: el Uniberto de luto


Decir que Berlín está triste es decir poco. Más aún, es faltar a la verdad. Es el mundo el que llora la muerte del osito Knut, el ejemplar polar más famoso del planeta, y de cuya historia nos ocupamos en esta revista digital desde su más tiernita infancia. Murió repentinamente, delante de miles de turistas en el Zoo de Berlín, donde había ido a parar después de haber sido abandonado por su madre. Fue amenazado de muerte, lo crió a biberón su cuidador, apareció en tapas de revistas de moda, lo dieron por finado, lo trataron de descalificar tratándolo de loco o de galán. Pocas veces un animalito sufrió tanto.

La leyenda nació definitivamente el sábado a las 15.22. Knut apareció flotando en la gran piscina del recinto donde vivía. Poco antes, unas 700 personas habían observado cómo el oso daba señales de haber sufrido algo parecido a un ataque epiléptico. "Se sumergió en el agua y segundos después vimos que su cuerpo flotaba", señalaron los testigos. Le practicarán la autopsia. No puede descartarse nada, especialmente cuando el animal había sido amenazado. Si se llegara a comprobar alguna anomalía, desde estas páginas convocaremos a luchar en venganza del único oso del mundo que posó para la celebre fotógrafa Annie Leibovitz y ocupó la portada de la revista "Vanity Fair".