31 enero 2014

Sid Vicious, a 35 años de su joven muerte


Por Humberto Acciarressi

Hace 35 años, el 2 de febrero de 1979, Simon John Ritchie, mundialmente conocido como Sid Vicious, hizo lo que buscaba desde bastante tiempo atrás: se murió joven. Para que se tenga una idea aunque sea somera, el futuro bajista de los Sex Pistols -nacido en Londres- vendía LSD antes de los quince años, lo que no era demasiada novedad, ya que siendo apenas un nene, en Ibiza acompañaba a su madre, Anne McDonald, en la venta callejera de estupefacientes. La mujer, que no era lo que podría llamarse una mamá ejemplar, cuando Sid cumplió los 17 le enseñó a "picarse" con anfetaminas. Para completar el cuadro, Anne lo alentaba a asaltar a jubilados para conseguir dinero para las drogas de ambos.

Atrapado por la música callejera inglesa, en 1975 se enteró de la formación de una banda que tendría una duración efímera y una influencia impresionante: Sex Pistols, en esos momentos formada por Johnny Rotten, Steve Jones, Paul Cook y Glen Matlock. Hay contradicciones sobre si fueron o no los iniciadores del punk inglés, pero lo que puede decirse es que le dieron un impulso impresionante. En febrero de 1977, la partida de Matlock dio pie a la entrada de Sid Vicious, en ese momento de 19 años, quien debutó con la banda el 3 de abril de 1977. Los escándalos protagonizados por los músicos y sus seguidores les cerraron puertas, escenarios y hasta discográficas. En especial por Sid, que según el fotógrafo del grupo, Dennis Morris, era "un tímido", mientras que para Malcolm McLaren, mánager del grupo, "si Rotten era la voz del punk, Vicious era la actitud".

A fines del año de su debut como músico, Sid conoció a Nancy Spungen, una groupie que, entre otros, seguía a The Ramones y a Aerosmith. Stripper, prostituta y drogadicta, la chica comenzó a salir con el bajista de los Pistols. Fue una relación que duró menos de un año, aunque pareció un siglo. Yoko Ono fue históricamente acusada de separar a los Beatles, pero ella siguió haciendo música con Lennon y lo llevó por mejores caminos, según las propias palabras de John. Nancy, en cambio, cuando los Pistols se dijeron adiós por su culpa durante la gira por Estados Unidos, lo único que hizo fue encerrarse en una pieza del Chelsea, de Nueva York, para consumir cada vez más heroína.

El 12 de octubre de 1978 algo pasó en el cuarto del célebre hotel. Sea lo que fuere, el episodio culminó con Spungen desangrada tras ser apuñalada con un cuchillo en el estómago y Sid preso por asesinato. Su fianza fue pagada por el sello Virgin Records (que aspiraba reunir a los Pistols para abonarle al abogado que lo defendería en el juicio). Para celebrar su momentánea liberación se llevó a cabo una fiesta el 2 de febrero de 1979. El bajista había hecho una terapia de rehabilitación, pero se cuenta que, eufórico, le pidió heroína a su nueva novia, Michelle Robinson. Esta, con buen criterio, se negó. Y otra vez apareció la madre de Sid, la drogona Anne, quien le inyectó a su hijo una dosis para matar a dos personas. Sólo lo mató a él, que tenía 21 años y hoy es una leyenda.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)