14 enero 2014

Las mil y una historias del film "Metrópolis"


Por Humberto Acciarressi

Un lejano 10 de enero de 1927, cuando el cine era aún un atractivo entretenimiento sin sonido (recién en junio de 1928 se estrenaría la primera película totalmente hablada, "Lights of New York"), se llevó a cabo la premiere de la película más famosa del expresionismo mudo alemán, "Metrópolis", en el Zoo-Palast de Berlín. Basada en unos escritos propios y de su esposa Thea von Harbou, Fritz Lang filmó 153 minutos con la historia de una megalópolis del siglo XXI, en donde los obreros viven en subterráneos de dónde tienen prohibido salir, y la clase dirigente en la superficie, en enormes rascacielos. En esa primera exhibición, que causó mucho furor y poca plata, se la pudo ver completa. A partir de ese momento, para comercializarla en Estados Unidos e incluso el resto de Europa, quedó reducida a 92 minutos. No sería el único episodio vinculado a su duración.

Durante casi todo el siglo XX, la película original fue considerada irremediablemente perdida. Pocos sabían que en la década del veinte había llegado a la Argentina una copia de la misma antes de ser mutilada. Fue de coleccionista en coleccionista, e incluso llegó a darse en cine clubs, sin que nadie advirtiera que la película era más larga que la que se conocía en Estados Unidos y Europa. Hasta que en el 2008, la copia en formato 16 mm fue localizada en Buenos Aires, con el metraje casi completo de la del estreno de 1927 en Berlín. El mundo del cine se conmocionó. Fue un descubrimiento de tal magnitud, como el de Tutankamón en el campo de la arqueología egipcia. Gracias a esto pudo restaurarse en 2010 con 148 minutos, apenas cinco menos que en la premiere alemana.

Hay algunas anécdotas no muy conocidas sobre los arrabales de la historia de "Metrópolis". Fritz Lang, que simpatizaba con el marxismo, le dio unos toques vinculados a la lucha de clases (representada, claro, por los habitantes del gueto subterráneo y los de la superficie). Y sin embargo hay quienes creen advertir ciertos enfoques que preanuncian el nazismo, lo que no es casual dado que Thea von Harbou finalmente adhirió a Hitler y a su demencial nacionalsocialismo, mientras que su marido debió emigrar a los Estados Unidos, pasando primero por Francia. Antes de irse de Alemania por negarse a dirigir la Universum Film AG, que se encontraba bajo la órbita del ministro de Propaganda del Reich (fue el propio Goebbels quien se lo propuso y esa misma noche Lang huyó), el director que marcó los grandes hitos del expresionismo alemán alcanzó a filmar en su patria "La mujer en la Luna" y " M, el vampiro de Düsseldorf ".

El final de la historia del matrimonio que guionó conjuntamente "Metrópolis" es para una película. Mientras el film hacía su propia carrera, Fritz Lang, ya instalado en Hollywood, dirigió bastante. Incluso una obra maestra hoy casi no recordada, "Mientras Nueva York duerme", de 1956. En cambio su esposa Thea von Harbou dirigió y escribió el guión de un par de películas de alabanza al régimen nazi y después del triunfo aliado pasó un tiempo en prisión. Incluso hubo quienes quisieron fusilarla sin vueltas. En 1954, totalmente en desgracia, alguien le organizó un homenaje con "Las tres luces", una película de Lang de 1921, con guión de ella. Cuando salió del cine se resbaló, se golpeó la cabeza y murió un par de días más tarde. Una historia tremenda.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)






FRITZ LANG Y THEA VON HARBOU TRABAJANDO EN EL GUION DE METROPOLIS