14 enero 2014

El Gordo y el Flaco en Buenos Aires

OLIVER HARDY. AÑO 1914
STAN LAUREL. AÑO 1914
Por Humberto Acciarressi

Esta historia, contada muy suscintamente y extraída de un trabajo previo del autor de estas líneas ("Stan Laurel, el flaco entre los flacos"), es una de las más curiosas del mundo del espectáculo internacional. Hace exactamente un siglo, a comienzos de 1914, mientras en Europa comenzaban a sonar los morteros de la Primera Guerra, en la Argentina aún se oían los ecos del Centenario y los porteños seguían de fiesta. Uno de los escenarios de ese jolgorio ajeno a los conflictos internacionales era el teatro Casino, ubicado en Maipú 326, a metros de la Corrientes todavía angosta en la que se reunía la bohemia local. Allí, desde los primeros días de ese año, el público se mataba de risa con una troupe de payasos ingleses. El que recibía más aplausos era un joven de 24 años nacido en Northumberland, en la frontera con Escocia, llamado Arthur Stanley Jefferson. Tenía un antecedente también muy curioso: había trabajado en la Compañía de Actores de Fred Karno junto a un desconocido llamado Charles Chaplin.

Pero ahora estaba en Buenos Aires y compartía la cartelera con una cantante llamada Luella Montes, el ventrílocuo Richiardi y un pintor apodado Rembrandt que hacía retratos del público en segundos. Lo curioso es que sin tener la menor idea de la existencia de este personaje -que con el tiempo iba a ser conocido internacionalmente como Stan Laurel -, un cómico norteamericano de 22 años llamado Oliver Hardy alternaba sus actuaciones en el legendario Parque Japonés y en el Pabellón de las Rosas de la capital argentina. Este se encontraba en la entonces Avenida Alvear (hoy Av. Del Libertador General San Martín) en el cruce con Tagle, allí donde más adelante iba a levantarse la última cancha de River Plate antes de su mudanza definitva al Monumental en la década del treinta, y donde en la actualidad está el Automóvil Club Argentino. En esa casona y su inmenso jardín del que salían globos aerostáticos de moda por entonces, había teatro y baile y, en algunos de ellos, compartían escenario el tal Hardy con el bandoneonista Juan Maglio "Pacho". Osvaldo Soriano contaba que el músico argentino -muerto en 1934- solía hablar de aquel "gordito" que había trabajado junto a él.

No hay demasiados datos visibles de cuándo se fueron Hardy y Stanley, cada uno por su lado, de Buenos Aires. Sí se conoce con certeza que ambos cómicos que habían estado en nuestra ciudad se cruzaron de casualidad en la película muda "The Lucky Dog", producida en Estados Unidos en 1918 y estrenada en 1921. Ya en 1926, el productor Hal Roach los volvió a juntar en "45 Minutes from Hollywood", aunque su debut oficial como dúo cómico -es decir como "El gordo y el Flaco"- se produjo en 1927 con la dirección de Fred Guiol, en la película "The Second Hundred Years". Allí, naturalmente, comienza la historia conocida de Laurel y Hardy, que tiene hermosas anécdotas, al margen del genio artístico de ambos. Ahora, sin embargo, vale el recuerdo de su paso por la capital argentina, cuando aún estaban lejos de soñar siquiera con un destino magníficamente compartido.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)