Nuestra ciudad de Buenos Aires, por suerte, tiene mucho más que calores agobiantes, tormentas "tropicales" y caos vehicular. Sigue siendo, como siempre, una de las capitales de la cultura del mundo. Lo es en los ámbitos privados; lo es en el público. Los porteños que pasamos el verano en ella tenemos, además de menos gente con la que "chocar", espectáculos musicales, teatrales, literarios, en fin, de todas las manifestaciones artísticas. En esta columna nos hemos referido a varias de ellas y hoy queremos llamar la atención sobre una en particular, que tendrá lugar en la Dirección General de Museos porteña (la "Munich"), en Avenida de los Italianos 851, en la costanera sur. Allí, organizado por Cultura de la ciudad y el Goethe Institut, desde el 11 de enero hasta el 15 de febrero, todos los sábados a las 21, al aire libre y gratuitamente, se realizará el ciclo "Universos salvajes", consagrado al gran director que es Werner Herzog.
El ciclo, que comenzará el sábado 11 con el inquietante documental "Fata Morgana" (su tercer trabajo, posterior a "Signos de vida" y "También los enanos empezaron pequeños"), continuará con una de sus obras maestras, "Aguirre la ira de Dios" (el 18 de enero), en la que su actor fetiche, Klaus Kinski (su "enemigo íntimo" como lo llamó en el conmovedor documental que le dedicó a su muerte), interpreta el demente soldado español que se rebela a Felipe II y realiza un periplo de locura y sangre por la América del sur recién descubierta. El 25 de enero le llega el turno a "Nosferatu", película en la que Herzog recrea el film de Murnau, cuya fascinante estética es bien distinta de las otras Dráculas inspiradas directamente en el libro de Bram Stoker.
Ya el sábado 1° de febrero (y aunque el ciclo, por una cuestión de tiempo, se salta dos obras maestras del cine como son "El enigma de Kaspar Hauser" y "Woyseck") en los jardines de la ex Munich podrá verse bajo las estrellas "Fitzcarraldo", en la que estuvo a punto de trabajar Mick Jagger aunque el papel recayó -¿cuándo no?- en el magistral Kinski. Esta es una de las películas más notables del siglo XX, que narra las aventuras de un megalómano irlandés, comerciante de caucho, que para llevar a cabo un negocio condenado al fracaso, lleva un barco a través de la tierra, atravesando selvas y montes, pero todo con el secreto deseo de construir un teatro de ópera en un miserable pueblito peruano a orillas del Amazonas.
El 8 de febrero el ciclo prosigue con "El diamante blanco", que cuenta la historia de dos documentalistas. El primero de ellos, el inglés Graham Dorrington, constructor de un pequeño zeppelin para sobrevolar la selva de Guyana. Pero la historia nos cuenta que años atrás, él fue quien diseñó un raro artefacto volador (el Jungle Airship) en el que su amigo, el alemán Dieter Plage, encontró la muerte mientras investigaba la fauna de la copa de los árboles de Guyana. El propio Herzog, para narrar los episodios, sobrevoló la zona con un aparato similar.
El ciclo de la Munich porteña cierra con una de las creaciones más extrañas de Herzog: "La salvaje y azul lejanía". Se trata de un falso documental, en el que un extraterrestre cuenta su escape de un planeta helado y revela sus deseos de establecerse en la Tierra, a pesar de que la CIA le había revelado secretos para hacer el viaje de retorno. Esto genera que una misión terráquea vuele al lejano mundo, del que regresan 820 años más tarde, bajo circunstancias que no hay que adelantar. Sólo cabe añadir que este ciclo dedicado a Herzog, ya sea para quienes conocen su cine como para quienes no han tenido la suerte hasta el momento, es una de las grandes propuestas del verano porteño.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)