Una vez más, las redes sociales tuvieron un papel de grandes proporciones en la convocatoria de la masiva y contundente movilización ciudadana que se registró en la Capital Federal y las principales ciudades del país. Rápidamente, medios nacionales y extranjeros se hicieron eco del fenómeno social en contra del llamado "modelo K", la corrupción, la inseguridad, la re-re-elección y la modificación de la Constitución Nacional, aunque a estos cinco puntos centrales se le añadieron otros como el cepo al dólar, la inflación, la caída del empleo, etc, de acuerdo a dónde se llevaba a cabo la protesta.
Más alla de cualquier interpretación política -y te aseguro que hay mucha tela para cortar- fue lamentable el papel que tuvieron los medios kirchneristas y afines, ese monopolio cada vez más grande que integran chupamedias a sueldo mandados por empresarios corruptos que sólo sobreviven gracias a la pauta oficial. El premio mayor, claro, se lo llevó el canal oficial, que cuando las columnas llegaban a la Plaza de Mayo estaba pasando un documental sobre... ¡¡¡aves exóticas!!!. Y de alli, sin que medie ni un flash, saltó al encuentro de la presidente de la Nación con el gobernador Gioja, en San Juan, donde alabaron conjuntamente la megaminería contaminante.
Paralelamente, Canal 9 emitió en su noticiero una nota con "Aurora, amiga de Evita" y una denuncia (¿?) :"Roger Moore, hombre golpeado". Estos payasos mediáticos que dan clase de periodismo, se sumaron -claro- a América Noticias, con su informe sobre "El camino de la esclavitud". La versión digital de "Página 12", ese cadáver que queda de lo que alguna vez fue un diario, ni se dio por aludida hasta las 21, lo mismo que Minuto Uno, que le dio amplia cobertura a Moria Casán y sus líos en Paraguay. Las redes sociales reventaban. Y los twitteros K, sin letra, no escribían nada. Artemio López, en CN5, confesaba que únicamente le iba a creer a Télam. Un científico. Como twitteó alguien: "Que Artemio Lopez hable del cacerolazo, es como que Schoklender hable del día de la madre". Lamentable.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)