POR SUPUESTO NO FUERON INVESTIGADOS Y A LOS DOS DIAS DE SER DESESTIMADA LA QUERELLA CONTRA ANA, ESTA FUE SECUESTRADA POR PARAPOLICIALES |
Como diría Beatriz Sarlo: "Conmigo no, Barone". Converso eterno, al ex procesista, ex menemista, ex aliancista Orlando Barone, no le costó trabajo en su momento adherir al kirchnerismo y borrar de su web que a fines de los 70 trabajó en Clarín. Sus nuevos patrones le dieron en "678" un papel del que se ríen (a escondidas y no tanto) los muchachos de Carta Abierta: el de ser un oráculo del periodismo K.
Ante la falacia presidencial de decir que "habla con los periodistas acreditados" (oficialmente desmentido por los mismos) y que no hay conferencias porque los trabajadores de prensa "gritan y patean las puertas", Barone volvió a su papel de bufón. Recordó sin demasiadas precisiones un hecho ocurrido en 1974 en una rueda de prensa ofrecida por el entonces presidente Perón. El asunto es que utilizó el ejemplo para decir que algunos periodistas "provocan" a los funcionarios, un buen motivo para justificar que Cristina no ofrezca conferencias de prensa. Lo que el propagandista omite es que somos muchos los que recordamos.
Aquella rueda de prensa la convocó Perón el 8 de febrero de 1974 y fue la periodista Ana Guzzetti, del diario El Mundo, la que le preguntó "por la escalada fascista" de los grupos parapoliciales que regaban las calles de asesinados. Perón instruyó al edecán aeronáutico: "Tomenle los datos para que el Ministerio de Justicia inicie una causa contra esta señorita". Guzzetti insistió: "Quiero saber qué medidas va a tomar el gobierno para investigar los atentados fascistas".
Un poco después, la casa de la madre de Ana fue destruida, ella secuestrada en Las Heras y Pueyrredón, desaparecida durante un mes, salvajemente torturada y arrojada en el Ramal Pilar de la Panamericana en malas condiciones. El Mundo fue clausurado y su periodista sobrevivió, pasó la dictadura y ya en democracia escribió un libro sobre el asesinato del senador cordobés Regino Maders. Ese es el ejemplo que se le vino a la cabeza a Barone. Suficiente para que el hermano de Ana Guzzetti se pregunte: "¿Habrá pertenecido a la Triple A?".
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
Ante la falacia presidencial de decir que "habla con los periodistas acreditados" (oficialmente desmentido por los mismos) y que no hay conferencias porque los trabajadores de prensa "gritan y patean las puertas", Barone volvió a su papel de bufón. Recordó sin demasiadas precisiones un hecho ocurrido en 1974 en una rueda de prensa ofrecida por el entonces presidente Perón. El asunto es que utilizó el ejemplo para decir que algunos periodistas "provocan" a los funcionarios, un buen motivo para justificar que Cristina no ofrezca conferencias de prensa. Lo que el propagandista omite es que somos muchos los que recordamos.
Aquella rueda de prensa la convocó Perón el 8 de febrero de 1974 y fue la periodista Ana Guzzetti, del diario El Mundo, la que le preguntó "por la escalada fascista" de los grupos parapoliciales que regaban las calles de asesinados. Perón instruyó al edecán aeronáutico: "Tomenle los datos para que el Ministerio de Justicia inicie una causa contra esta señorita". Guzzetti insistió: "Quiero saber qué medidas va a tomar el gobierno para investigar los atentados fascistas".
Un poco después, la casa de la madre de Ana fue destruida, ella secuestrada en Las Heras y Pueyrredón, desaparecida durante un mes, salvajemente torturada y arrojada en el Ramal Pilar de la Panamericana en malas condiciones. El Mundo fue clausurado y su periodista sobrevivió, pasó la dictadura y ya en democracia escribió un libro sobre el asesinato del senador cordobés Regino Maders. Ese es el ejemplo que se le vino a la cabeza a Barone. Suficiente para que el hermano de Ana Guzzetti se pregunte: "¿Habrá pertenecido a la Triple A?".
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)