Por Humberto Acciarressi
Que los tiempos que corren ameritan ciertas precauciones en materia de seguridad, no hay quien lo dude. Conozco gente que lo niega, pero tiene varias alarmas en la casa y manejan autos que parecen hechos para andar por las calles de Trípoli. Pero la paranoia es mala en todos los sentidos.Caso contrario, mirá lo que acaba de lanzar, en el marco de la Expo Seguridad, una empresa de moda colombiana.
Amantes de la novedoso y asiduos en FTV, pero no ajenos a la triste realidad de la violencia rutinaria, los diseñadores resolvieron sacar al mercado una colección de glamorosos vestiditos, pantalones, abrigos y hasta sombreros, todos antibalas y resistentes a los ataques con arma blanca. Es decir, ideales para que los vista la novia de Chuck Norris, Stallone o cualquiera de los psicópatas que pueblan las pantallas y la vida real.
Parece que la firma ya tiene dos clientes famosos: el presidente de México, Felipe Carderón, y el juez Baltasar Garzón. Pero aspira a llegar a todos los que puedan, desde una novia aterrorizada por sus futuros suegros hasta un mafioso, desde Kadafi hasta la mujer de Cristian U amenazada por los seguidores de Solange. Todos quienes teman que un sujeto con una Uzi en la mano se cruce en su camino, puede comprar su elegante trajecito a prueba de balas y cuchillazos. Y así andar tranquilos por una calle de Ciudad Juárez sin temor a ligarse una bala perdida. Hay quién presume que el año entrante estarán de moda las armaduras.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)