Por Humberto Acciarressi
Stefan y Erika son suecos, se casaron hace poco y, como viaje de bodas, resolvieron dar la vuelta al mundo. Hasta allí, nada fuera de lo normal. Sin embargo, nos encontramos frente a una de las parejas más mufas de la historia de la humanidad. Veamos. El periplo comenzó por Alemania, donde se quedaron varados en Munich por la peor tormenta de nieve que se recuerda. No pintaba como buen comienzo.
De allí partieron a Australia. Ni bien los recién casados llegaron a la patria de los canguros, se desató el ciclón más grande de los que el país había vivido en años. El viaje de bodas no marchaba bien. Entre los miles de evacuados estaban Stefan y Erika. A ellos les tocó de refugio un centro comercial, al que se le cortó la luz ni bien arribaron. Para huir se fueron a Brisbane, la tercera ciudad de Australia. Fue llegar y que la localidad sufriera la peor inundación de su historia.
De allí marcharon a Nueva Zelanda. La madre de la chica la llamó cuando estaban apagando los celulares para aterrizar y les preguntó si estaban vivos. "Claro, ¿por qué?", pregunto Erika. La mujer, luego de suspirar, les informó que se enteró por la TV del terremoto de Christchurch, que tenía lugar en ese momento, y que los zelandeses dicen que fue el peor de los últimos 80 años. El matrimonio ya había pasado a la ronda final de un campeonato de mufas. Pero ellos querían disfrutar y se fueron para Japón ¿Hace falta aclarar que llegaron horas antes del terremoto y el tsunami que devastaron la isla? Y ni hablar del peligro nuclear. Una piedra. Personalmente pediría que las autoridades aduaneras argentinas registren bien los nombres de esta pareja. Y si los dejan entrar, avisen.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)
Stefan y Erika son suecos, se casaron hace poco y, como viaje de bodas, resolvieron dar la vuelta al mundo. Hasta allí, nada fuera de lo normal. Sin embargo, nos encontramos frente a una de las parejas más mufas de la historia de la humanidad. Veamos. El periplo comenzó por Alemania, donde se quedaron varados en Munich por la peor tormenta de nieve que se recuerda. No pintaba como buen comienzo.
De allí partieron a Australia. Ni bien los recién casados llegaron a la patria de los canguros, se desató el ciclón más grande de los que el país había vivido en años. El viaje de bodas no marchaba bien. Entre los miles de evacuados estaban Stefan y Erika. A ellos les tocó de refugio un centro comercial, al que se le cortó la luz ni bien arribaron. Para huir se fueron a Brisbane, la tercera ciudad de Australia. Fue llegar y que la localidad sufriera la peor inundación de su historia.
De allí marcharon a Nueva Zelanda. La madre de la chica la llamó cuando estaban apagando los celulares para aterrizar y les preguntó si estaban vivos. "Claro, ¿por qué?", pregunto Erika. La mujer, luego de suspirar, les informó que se enteró por la TV del terremoto de Christchurch, que tenía lugar en ese momento, y que los zelandeses dicen que fue el peor de los últimos 80 años. El matrimonio ya había pasado a la ronda final de un campeonato de mufas. Pero ellos querían disfrutar y se fueron para Japón ¿Hace falta aclarar que llegaron horas antes del terremoto y el tsunami que devastaron la isla? Y ni hablar del peligro nuclear. Una piedra. Personalmente pediría que las autoridades aduaneras argentinas registren bien los nombres de esta pareja. Y si los dejan entrar, avisen.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)