Por Humberto Acciarressi
Lo que acaba de ocurrir en Holanda es lo que en la jerga financiera se llama una inversión a futuro con final incierto. El club de futbol VVV-Venlo acaba de fichar, por una década, a... ¡¡¡un bebé de un año y medio!!! El chico, por lo que se ve en un video, es un crack en potencia. O por lo menos un buen ejemplar de circo, ya que emboca tres pelotas en un baúl en menos de veinte segundos. Justamente, basados en esa filmación casera, los directivos del club fundado en 1903 y cuya camiseta es a rayas amarillas y negras, tomaron esta espectacular medida. Y es muy divertido ver al chico "firmar" (en realidad hace un garabato) en las oficinas administrativas del VVV-Venlo, que paradójicamente tiene como apodo "Los viejos".
Hay una pregunta que es inevitable hacerse, ¿de qué sirve fichar a un bebé por apenas una década?, ¿tendrán pensado hacerlo jugar en la próxima temporada?, ¿o quizás a los seis o siete años?, ¿su mediocampista, el portugués Jorge Pichula, será el encargado de cambiarle los pañales? Misterio y más misterio en torno a esta contratación. Lo que parece claro es que el nene de un año y medio es mejor que los once que juegan actualmente por el campeonato de primera. Vienen peor barajados que Gimnasia en la Argentina. Veamos los datos en crudo: está a 53 puntos del líder en el campeonato holandés, ganó cinco partidos, empató tres y perdió 24. Dicho en criollo, el equipo de la ciudad de Venlo -que no tiene ni un sólo título en su haber en tan larga historia- da lástima. Y esto con la mejor de las ondas.
A la luz de estos datos, no sería extraño que los del VVV hicieran debutar a Baerke van der Meij (así se llama el pibe), en el próximo torneo de la liga local. El bebé ya se ha convertido en sensación en YouTube y es el nieto de uno de los directivos del club. Aunque circulan rumores que todo es apenas una campaña de prensa, preferimos creer que el nene es un crack y sería lindo verlo jugar, a los diez años, en las canchas de los actuales subcampeones de futbol del mundo.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)