Por Humberto Acciarressi
Ayer, anticipadamente, nació Benjamín. No Button, que en unos días estará compitiendo por los Oscars de Hollywood, sino Agüero (por su papá el "Kun"), aunque todo el mundo esté hablando del nieto de Maradona (por su mamá, Giannina). El nene, al nacer con ocho días de anticipación, pasó a ser de Acuario cuando estaba destinado a ser de Piscis. Y aunque todos arriesguen que será futbolista, a lo mejor termina siendo torero, ya que los españoles lo reivindican como suyo por lugar de nacimiento. Y en ese caso, no podrá ser un toreador cualquiera, sino un matador con todas las letras y con el "10" en la capa.
Hasta ahora, sin embargo, el único que movió una pieza, aunque sea en sorna, fue el presidente del Atlético Madrid, que antes del nacimiento de la criatura había anunciado que lo inscribiría como futuro jugador. La imposibilidad de firmar contrato con un feto puede haber arruinado esa operación a futuro. Dalma, la madrina de Benji, podrá enseñarle a eludir controles de alcoholemia, mientras el nene se muera de calor en set publicitarios que ya están siendo negociados.Y bajo la mirada atenta del abuelo y toda la parentela, que temblarán cada vez que siga de largo de una pelota con la mirada puesta en cualquier otro juguete.
Benjamín Agüero Maradona no es Benjamin Button, pero ambos nacieron distintos. Cuál de los dos lleva la peor parte, si el que nació viejo o el que nació famoso, es algo que sólo el tiempo podrá determinar con exactitud.
(Publicado en "La columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)