Por Humberto Acciarressi
La historia es una suma de casualidades que no excluyen las causalidades. La sabia sentencia "Si mi abuelo hubiera amamantado a mi padre sería mi abuela", no es arbitraria, ni siquiera con la ligera modificación que acabamos de introducir en el adagio.
Tampoco es cierto que Hollywood esté estudiando una película en la que un chico nace totalmente canoso y muere 80 años más tarde con el pelo negro como Louis Armstrong. Nada de eso. La ciencia acaba de deshacer un mito: el que sostiene que el pelo blanco es causado por los disgustos o por el miedo, e indirectamente le puso término a la leyenda de las canas verdes, salvo que el sujeto afectado se llame Hulk.
Sabíamos que el pelo tiene color gracias a la melamina. Ahora nadie podrá ignorar que el tiempo destruye la enzima MSR que aniquila el peróxido de hidrógeno, que se acumula cuando desaparece su archienemigo. Varios capítulos más adelante se bloquea la producción de tirosinasa, que ayuda en la producción de melanina.La historia culmina con el pelo blanco, que siempre es mejor que el gris intermedio.
Si usted es blanco o tiene rasgos orientales, las canas le llegarán antes. Si es negro tendrá unos años de gracia. Si es pelado no se notarán los cambios. Si le sirve de consuelo, más de la mitad de la población mundial por arriba de 45 años, tiene el cabello canoso. Si no le sirve de consuelo, tíñase el pelo. Y si tiene dignidad, siga su vida aceptando lo que le tocó en suerte, que más se perdió en la guerra.
(Publicado en "La columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)