Allá por 1866, el tal Erasmus Jacobs encontró una pequeña piedra blanca en las cercanías del río Orange, en Sudáfrica. La roca, que estaba sobre una colina, resultó ser un diamante de 4,25 gramos. Cinco años más tarde se encontró en las laderas de Colesberg Kopje un diamante aún más grande, de casi 17 gramos, que provocó la primera fiebre del diamante en la región. Pero fue tan demencial el entusiasmo, que miles de mineros con picos y palas derribaron la colina y siguieron cavando, hasta "crear" el conocido The Big Hole (el agujero grande). En la zona se construyó una ciudad llamada New Rush, que el 5 de junio de 1873 fue rebautizada como Kimberley. En verdad se cavaron cinco agujeros, pero éste fue el más gigantesco, al punto que se lo considera el más grande hecho a mano en todo el planeta. De alli se sacaron por lo menos unos tres millones de toneladas de diamantes. La mina se cerró en 1914, pero tres de los agujeros restantes recién fueron clausurados en el 2005. En The Big Hole, con el paso del tiempo, se ha formado un gran y peligroso lago.