El misterioso artista callejero británico Banksy, cuyas obras se venden en cientos de miles de dólares en las subastas, instaló un puesto en el Central Park de Nueva York para vender una veintena de pinturas "auténticas y firmadas" por apenas 60 dólares. El negocio era atendido por un hombre mayor, de sombrero, camiseta sin mangas y camisa celeste, que obviamente no era el artista. Sin embargo, los transeúntes no creyeron que se trataban de obras del reconocido graffitero y pocos se acercaron a comprarlas. Los ingresos fueron magros: según un video publicado en su sitio web, recaudó sólo 420 dólares.