24 abril 2013

Kirchnerismo, menemismo, corrupción y farándula

Leonardo Fariña y Jorge Rial
Fabian Rossi e Iliana Calabro."El sólo servía
 los sanguchitos", dice ella de su marido
Por Humberto Acciarressi

Poco a poco, el relato kirchnerista se fue cayendo como un castillo de arena a la llegada de un tsunami. En poco tiempo, fueron los propios hombres y mujeres del gobierno quienes se dieron a la tarea -sin darse cuenta, obvio - de tirar por la borda una construcción teórica destinada a abolir la historia anterior al 2003 y a consagrar como datos de la realidad, las mentiras más desvergonzadas.

Cada vez más, después de su alianza con el menemismo que el privatizador de los 90 aprovechó para conseguir la impunidad del Senado, el kirchnerismo se fue pareciendo cada vez más a los tiempos de la pizza y el champagne. Ya imposible de esconder, de la mano del "yo no la voté" se sobreponen los escándalos cada vez más resonantes, la Justicia adicta y la procuradora general de la Nación hacen lo imposible para que los procesos por corrupción no toquen a los K, y los cráneos del poder ya se van quedando sin más armamento que la descalificación de quienes todavía pueden discrepar con ellos.

El programa de Lanata tuvo el arranque mejor esperado por la gente, esa que no es tenida en cuenta por el gobierno. Quienes padecen día a día los atropellos, las mentiras de los organismo oficiales, las agresiones de ministros como De Vido, salieron en una memorable jornada ante las denuncias de lavado de dinero que llegan a Lázaro Báez, amigo y socio de Néstor Kirchner.

En el medio, como si la gente fuera estúpida, fue sometida a la masiva propaganda de los medios escritos y televisivos K, que intentan llevar las denuncias a un estándar de problemas farandulescos. Si Karina Olga, si Iliana Calabró, si el lavador Fariña, etc, fueron la comidilla de los programas de chimentos, que pivotearon sobre los de América. Escuchar a Iliana Calabró decir, en cámaras, que lo de su marido Rossi es una injusticia ya que él "era el que servía los sanguchitos (sic)", da vergüenza ajena. Nada en comparación con lo que hace el gobierno, con una farandulización que ya está llevando pensar seriamente a algunos de quienes lo apoyan críticamente.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)

Kirchner y su socio Baez. "La única verdad es la realidad",
dice la frase de Aristóteles que le gustaba repetir
a Perón, y que los idiotas creen que es de él