Por Humberto Acciarressi
Regina Spektor no termina de convencer a ciertos melómanos porque -dicen algunos- es difícil encasillarla. Nacida en la Moscú todavía soviética en febrero de 1980, cuando llegó la Perestroika sus padres dejaron ese país que se asomaba al abismo y viajaron a los EE.UU. Para ese tiempo, Regina ya había estudiado piano, música clásica y era fanática de los Beatles, de Queen y del punk londinense. Tenía apenas nueve años. Hoy ya tiene treinta y en el medio enriquecieron su formación musical, artistas como Tom Waits o Radiohead. Cuando tenía apenas veinte se hizo amiga de Julian Casablancas y otros integrantes de The Strokes, de quien fue telonera. Apenas un par de años más tarde publicó su primer album comercial, "Soviet Kitsch" (antes ya había autoeditado "11.11" y "Songs", que pasaron inadvertidos para casi todo el mundo salvo para un pequeño grupo de fanáticos). Y fue así como pasó de minúsculos bares en el Lower East Side de Nueva York a conciertos de miles de personas en EEUU y Gran Bretaña. "Begin to Hope" y "Far" no hicieron más que sumarle popularidad, además de las bandas sonoras de tres películas, entre ellas "Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian".
Ahora, Warner Music acaba de lanzar "Regina Spektor. Live in London", en un set de CD y DVD. En este último, además del backstage y algunas entrevistas, hay 26 temas del larguísmo concierto que ofreció el 4 de diciembre de 2009 en el HMV Hammersmith Apollo de la ciudad británica. Con Regina como vocalista, en piano, teclados y guitarra, Kaoru Ishibashi y Yoed Nir en Cello, Dave Heilman en batería y Elizabeth Myers en viola, la cantante interpreta algunos de sus clásicos, como "The calculation", "Machine", "Hotel song". Y demuestra, como lo hizo hace poco en Buenos Aires, que tiene una elegancia austera que no impide que vuelen alto sus influencias rockeras, jazzísticas, pop y hasta punk.
(Publicado en el suplemento de música "¿Te Suena?", de La Razón, de Buenos Aires)