Banksy, el más popular y misterioso de los artistas callejeros del mundo (muy pocos conocen su identidad real), se juntó con los Simpson. Una unión explosiva que sirvió para crear, en apenas un minuto y 44 segundos, una apertura insólita para el tercer capítulo de la temporada 22 de la familia amarilla. Al inicio todo parece normal, pero de golpe, de la nada, la sala de estar de los Simpson y el clásico sillón se alejan hasta desaparecer y se transforman en una oscura fábrica asiática, donde obreros explotados fabrican merchandising de los habitantes de Springfield, desde muñecos hasta remeras.
La introducción original, subida en You Tube, fue quitada rápidamente, aunque persiste en algunos videos que la clonaron. Es realmente tétrica, con los obreros explotados con caras de tragedia en túneles subterráneos, por donde caen chorros de ácidos, hay calaveras, y las ratas llevan restos humanos. Impecables, en medio de ese caos, remeras de los Simpson. Se dice que Banksy se inspiró en cómo se realiza la animación de la serie en una fábrica coreana.
"Esto es lo que pasa cuando uno terceriza", ironizó Al Jean, productor de los Simpson, en referencia a que es la primera vez que hay un guionista invitado para la secuencia de introducción. Lo curioso no es que el grafitero y el creador de Homero y compañía hagan ese guiño, sino que en torno a eso se haya generado una polémica. Como si la explotación fuera algo sobre lo que hay que callar.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)