Por Humberto Acciarressi
Muchas veces hemos dicho que toda lista es arbitraria, aunque algo de la verdad puede encontrarse en ella. En el caso de Marilyn casi no existen objeciones, aunque sobre gustos no hay nada escrito, como dijo un tipo mientras le llevaba bombones a Zulma Lobato. Que los hombres no discriminamos lo demuestra que entre las veinte hay muchas veteranas, casi ninguna joven y hasta algunas muertas. Y populares en cuanto a vigencia (lo que no es índice de nada, pero para algo debe servir), hay muy pocas. Y ni hablar que varias de esas rubias, en realidad no lo son -o eran-, si nos guiamos por sus encantadoras y escandalosas biografías. Insistimos: sobre Marilyn no hay discusiones. Y en eso corre con ventaja frente al mismo Dios.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)