Por Humberto Acciarressi
En materia de años, cuando las cifras pasan de seis cifras es como hablar del sexo de los ángeles o de la existencia del unicornio. Y en esto, para decirlo con todas las letras, los científicos pecan de atrevidos. Como ejemplo, un estudio reciente que indica que los hombres comenzaron a consumir carne o médula ósea con instrumentos, hace 3.400.000 años ¿Esto es una novedad? Sí. Porque hasta hace unas semanas, se creía que el cuchillo y el tenedor de piedra databan de 2.600.000 años. Unos pedazos de hueso con marcas de golpes y cortes, y algo fundamental como el comer con elegancia y no a los tarascones, retrocede 800 mil años. Para decirlo claramente: la célebre Lucy fue una dama y no una bestia carnívora con menos modales que Hitler al invadir Polonia.
Valga aclarar que Lucy es el nombre que, confianzudamente, le puso alguien a una australopithecus hallada en Etiopía en 1974. Manía necrofílica de ponerle apelativos de pinup girl a muertas de millones de años. El asunto es que Lucy, que está en el cielo desde antes del diluvio universal, no tenía diamantes, pero sí utensillos. Ahora queda por confirmar si estos fueron fabricados, para lo cual tendrían que encontrar uno. Y mientras nos siguen abrumando con cifras que, para quienes no sabemos que haremos mañana, resultan escandalosas. Si hasta dan ganas de desearles que cuando encuentren un cuchillo, lean azorados una leyenda concisa y contundente en su costado: "Made in China".
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)